Tomás Mateo Balmelli, infectólogo.
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“Cuatro veces ya se suspendió Caacupé. Esta tiene que ser la quinta”, afirma infectólogo

ASUNCIÓN. “Si se sale de control, van a haber brotes en toda la República. Esto (fiesta de Caacupé y retorno a clases de chicos del Tercer Curso) es un plan piloto, sin piloto, sin hoja de ruta y entre montañas. En la historia del Paraguay se ha suspendido cuatro veces la fiesta de Caacupé: en 1.899 por la fiebre bubónica, en 1.911 por el centenario de independencia, en 1.918 por la fiebre española y en 1922 por una revolución. La Fiesta de Caacupé se suspendió cuatro veces. Esta tiene que ser la quinta”, afirmó enfáticamente el médico e infectólogo Tomás Mateo Balmelli.

Con esas palabras, el también docente universitario, en diálogo con la radio Universo 970 AM, abordó dos de los temas más preocupantes y en ciernes de la pandemia: el retorno a clases desde este 2 de noviembre de los estudiantes del Tercer Año del Ciclo de Educación Media y la festividad de Caacupé, retóricamente denominada “en modo covid”.

Advirtió que, si los controles fallan en Caacupé, los brotes de coronavirus ocurrirán no solo en Cordillera, sino en todo el país y que las autoridades deben de comunicar convincente y fehacientemente que el “coronavirus vino a quedarse”.

“Va a ser endémico. Vamos a tener que enfrentarlo de por vida hasta que el 60 o 70% de la población mundial se inmunice, ya sea por infección natural o por una vacuna, pero para eso van a tener que pasar año”, señaló.

“Vamos a tener brotes de coronavirus, como tenemos brotes de dengue, de influenza, que son enfermedades endémicas. Por eso, nuestras autoridades sanitarias deben ver desde ayer hacia el futuro, que hagan las cosas como deben ser y vamos a ser los primeros en apoyarlos”, aseguró.

Pero, ya refiriéndose al retorno a clases de los adolescentes, fustigó como a los deudos de un fallecido por covid solo se les permite solo media hora para el último adiós y, en el otro extremo, a los estudiantes se los aglutinará en un espacio por horas.

Añadió que no hay infraestructura para el retorno a clases ahora, porque si no van a estar encerrados en un aula, cómo se puede pensar que estarán todos sentados en el patio de la institución.

“Si ellos (Salud Pública) quieren sacar una estrategia que los chicos de Tercer Curso vayan a despedirse porque sufrieron daño psicológico y social por no haber tenido clases siete meses, bueno, hubieran pensado eso en el mes de marzo”, hincó.

“Cuando nos encerraron con una cuarentena obligatoria estricta, de casi tres meses, con dos casos de coronavirus, decíamos: ‘Señores, no hay circulación comunitaria y si la hay es de baja intensidad. Esperemos que venga julio, agosto, septiembre cuando así sí vamos a tener coronavirus’”, recordó.

Aseguró que el 80% de los estudiantes del sector público rechazó la propuesta de volver a clases y que, de un 20% del sector privado, otro porcentaje también rechazó la propuesta. Y no olvidó mencionar que tampoco los universitarios pueden asistir a sus colaciones o reunirse.

“Estamos en pandemia. Los indicadores no dan. Todo lo que hoy hagamos mal va a repercutir en el mañana”, finalizó.

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