Los cooperativistas y campesinos que se están manifestando en Asunción, se burlan de todo el mundo. De la ciudadanía, del gobierno, de las leyes, de la Policía, del municipio, de lo que les dé la santa gana en realidad, según lo que está pasando últimamente.
“Tomaron” literalmente nada menos que el centro de la capital, donde activan todas las oficinas públicas, los bancos, la sede del gobierno, del Congreso, etc. y nadie les dijo esta boca es mía.
Luego para provocar más caos, “desinformaron” a la Policía de Tránsito sobre el itinerario de sus marchas, de modo a bloquear por más tiempo las calles lo que provocó descomunales embotellamientos.
Y los asuncenos, estoicos, aguantando la vela dentro de sus respectivos vehículos. Se creería que estaban de acuerdo con los propósitos de los manifestantes, pero no, cuando fueron entrevistados, todos… “put…”, contra la medida de fuerza. Dijeron que lo hagan, pero en las plazas, etc., sin joderle la vida a nadie.
Pero nadie reaccionó.
Ayer mismo, el gobierno los llamó por enésima vez al diálogo. Los esperaron, en el caso de los campesinos, la plana mayor de los ministerios del ramo, etc., gente con poder de decisión para arribar a soluciones. Y nuevamente se burlaron de la iniciativa.
No. Decidieron no concurrir, porque ñandeco no se le hizo llegar en forma la invitación, sino que se enteraron por los medios de prensa. No sirvió de nada que los mismos ministros se comunicaran luego telefónicamente con ellos. No querían ir y listo.
Ahora están exigiendo una “cumbre” de poderes para que les solucione sus problemas a ellos, por supuesto la condonación de las deudas figura en primer lugar, y también a los miserables sindicalistas, que no desean pagar el IVA que serán responsables luego del cerrojo que les aplicará el gobierno a sus entidades que hasta hoy día jugaron con el “arco libre”. Seguro que los titulares de los tres poderes saldrán corriendo a atenderles su reclamo. Así pues está planteado el tema.
Sencillo. Se aprovechan de la democracia. Este es un país traumado por la dictadura. Nadie quiere poner mano dura, por el recuerdo de las represiones salvajes del stronismo. Y eso, está provocando que se produzcan estos desbordes. La autoridad tiene que ser ejercida, con la ley en la mano por supuesto, pero nadie debe violar impunemente como está ocurriendo normas elementales de convivencia ciudadana.
Están apareciendo también como moscas a la miel los politiqueros que buscan sacar réditos a la situación. Los luguistas entre ellos. En realidad, son los propiciadores de todo el problema con la fabulosa promesa que le hicieron a la pobre gente a la que utilizan: Perdonarles sus deudas. ¿Por qué no lo hicieron ellos cuando eran gobierno?
También los liberales aportan lo suyo. Sin pueblo y sin afectos, buscan cobijarse bajo estas circunstancias, sin que les importe un pito el devenir futuro de la nación.
Democracia “buenuda”·, que tiene que ser replanteada. A los sinvergüenzas y politiqueros nada, a quienes desean trabajar, todo. En el marco de ley. Pero con energía, sin traumas del, pasado, con fuerza, con dureza, sin excesos. No más tibieza de la que se aprovechan los pillos en desmedro de las grandes mayorías del país.