Comisaria 11°, a la que pertenecen los tres uniformados denunciados. Foto: 970 AM.
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Denuncian a policías corruptos por procedimiento irregular

SAN LORENZO.- Durante un procedimiento, agentes de la Comisaría 11 Metropolitana detuvieron a una mujer fuera de su jurisdicción y según dijo le plantaron evidencias para tratar de conseguir que pagara una coima.

El martes pasado, alrededor de las 16:30 horas, Tanya Villalba (29), una joven diseñadora de calzados  años, había salido de su lugar de trabajo como hace todos los días, y se dirigía a su domicilio en San Lorenzo.

Circulaba por la avenida Mariscal López, cuando en inmediaciones del viaducto de Madame Lynch, se percató de la presencia de una patrullera en cuyo interior estaban tres uniformados, quienes le solicitan que se encostara con señas. La mujer en ese momento se encontraba hablando por teléfono, por lo que se asustó y obedeció a los efectivos.

Al detenerse, Villalba percibió que dos de los tres efectivos no tenían sus portanombres, mientras que uno de ellos si lo tenía pero un teléfono celular que portaba, lo ocultaba. A la mujer le llamó la atención que los oficiales se negaran a identificarse, y percibió que pertenecían a la comisaría 11 Metropolitana, o sea, estaban lejos de su jurisdicción.

Uno de los policías le indicó que estaba hablando por teléfono mientras conducía, hecho que Tanya reconoció, pero ella le respondió que la Patrulla Caminera debía tomar intervención en ese caso, pero los agentes señalaron que ellos también podían intervenir por pertenecer supuestamente a la Policía.

En ese momento, la joven se disculpó y entregó los documentos que le fueron solicitados.

Los uniformados dijeron a Villalba, “Usted está viniendo en actitud sospechosa”, luego de revisar todos los documentos. Ella replicó, “¿Sospechosa de qué?”, y los uniformados insistieron simplemente con eso.

Instante en que los policías le relatan que un automóvil con características similares al suyo (uno de la marca Kia, modelo Picanto, de color blanco) estaba siendo utilizado en la zona para cometer ilícitos, pero no especificaron qué tipo de hechos. Le consultaron si llevaba algo en el vehículo y ella contestó que sí, pues tenía dentro cajas de zapatos que ella comercializa.

Posteriormente le pidieron que estacione su vehículo a unas dos cuadras del lugar donde se realizó inicialmente el procedimiento, en una calle donde el tráfico era escaso.

Al llegar al lugar, le piden que baje del rodado, la mujer se niega y exige que le expliquen el motivo. Los agentes se limitaron a decirle que “Porque trae algo sospechoso”. Tanya siguió negándose y decidió llamar a su padre y le contó lo que sucedía, además le pidió que llegara al lugar de forma urgente.

Tanya también llamó a una amiga suya que trabaja como periodista en un canal de televisión y al 911, en donde una funcionaria le dijo que el procedimiento era irregular, le recomendó que no se bajara, que llaveara su automóvil y además radicara una denuncia. Llegó a pedir auxilio, pero supuestamente no había patrullera cerca.

Tanya tampoco podía mover su auto, ya que los tres agentes lo habían rodeado y seguían golpeando para que ella se bajara. Después la diseñadora salió y los uniformados procedieron a verificar el vehículo, uno de ellos inclusive se subió al habitáculo.

La joven sostuvo que mientras esperaba la llegada de su papá, escuchó que uno de los agentes le dijo a su compañera que le revisara la cartera; Tanya traía dinero correspondiente a la recaudación del día, por lo que se asustó y se acercó para observar. Allí, la mujer asegura que vio que otro policía sacaba un paquete blanco, que después arrojó en la parte posterior del vehículo, momento en que la oficial que debía revisar su cartera se dirige hacia el lugar donde estaba el paquete, lo levantay dice: “Acá está lo que buscábamos”. En el paquete había 316 gramos de cocaína.

Tanya refirió inmediatamente que desconocía el paquete y allí comenzó a denunciar que el mismo había sido plantado. Los agentes pidieron refuerzos, y rápidamente llegaron otras seis patrulleras, las que no habían aparecido cuando ella pidió auxilio.

Con la supuesta  evidencia, los policías le pidieron entre 5 y 10 millones de guaraníes para dejarla en libertard; pero por su rápida actuación (ya ella había llamado a sus padres y al 911), por lo que se negaron a pagar la coima que exigían los policías y todos fueron a parar a la comisaría 11ª Metropolitana.

La joven manifestó que escuchó que uno de los agentes llamaba a alguien, quien al parecer era el jefe de la comisaría 11ª, informándole que ya no podrían negociar nada puesto porque Tanya había llamado al 911 y hasta a la prensa.

En la comisaría 11 se labró el acta. Y Tanya manifestó que ayer miércoles,  ante la Fiscalía, el propio jefe le dijo que ya no podrían hacer arreglo porque ella hizo pública la situación.

Villalba debió pasar la noche en la comisaría y a la mañana siguiente fue al Ministerio Público a prestar declaración indagatoria ante el fiscal antidrogas Isaac Ferreira, allí dijo que los agentes le plantaron la droga para pedirle dinero.

LO QUE DIJO EL FISCAL

El fiscal antidrogas Isaac Ferreira, en conversación con un medio de la capital señaló que tras tomarle la declaración a la joven, a los padres, vecinos de la zona y compararla con el parte policial, había encontrado varios “desajustes”, que aparentemente nada tenían que ver con la realidad, por lo que como primera medida decidió liberar a la mujer.

Ferreira si bien no expresó que no creyó en la versión de los policías, puntualizó que el argumento en el parte policial para “altear” a la mujer no brindaba detalles precisos.

PARTE POLICIAL

El agente del Ministerio Público refirió que en el parte policial decía que el vehículo en que se desplazaba la joven, un Kia Picanto blanco, “tenía todas las características de vehículos utilizados en la zona para cometer hechos punibles”. En este aspecto notó que el argumento no ahondaba en qué hechos punibles ni cuáles eran las características.

POLICÍAS APARTADOS

Los tres uniformados involucrados en el procedimiento irregular fueron identificados como Oficial primero Gustavo Narváez, suboficial segundo Arnaldo Lezcano y la suboficial ayudante Petrona Ovelar, quienes por el momento siguen en libertad, pero serán separados de sus cargos y puestos oficialmente a disposición de Asuntos Internos, unidad que ya tomó intervención por orden directa del Ministerio del Interior.

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