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En el Partido Democrático Progresista (PDP), de Desirée Masi y su marido, el imputado Rafael Filizzola, no terminan de digerir el “desliz” de Guillermo Duarte Cacavelos, que lo hace parte del tejido de conversaciones con Raúl Fernández Lippmann, aparentemente por un caso judicial en el que estaba involucrado su suegro. Lo que Masi utilizaba para atacar a sus adversarios políticos; el cruce de llamadas, ahora “no vale” cuando se trata de su “candidato estrella” para la senaduría. La cúpula del partido protege a Duarte Cacavelos. Éste mantuvo conversaciones con el ex secretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, hoy procesado por tráfico de influencias. De entre 3 y 5 llamadas fueron unos días antes de la confirmación de “sobreseimiento” de su suegro, Carlos Heisele, expresidente de ANDE.
ASUNCIÓN.- Un descuido de AJ Vierci y a Última Hora se le escapó y publicó, sin querer, un hecho a todas luces irregular perpetrado por un integrante del grupo de amigos políticos del periódico. Quizás sea esta una de las primeras señales de alejamiento tras la última encuesta.
Para la dirigencia del Partido Democrático Progresista (PDP) las llamadas telefónicas que condenaron a Oscar González Daher y Raúl Fernández Lippmann fueron pruebas irrebatibles, sin embargo ahora que el “fonopinchazo” sonó en el PDP resulta que son simples llamadas para averiguaciones del motivo que impide que corra un expediente en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados contra un fiscal y un juez o para favorecer probablemente a un familiar.
Este es el contexto que intentamos plantear en algunas consultas destinadas a Desiré Masi, senadora del PDP y expresidente de esta nucleación o a Rafael Filizzola, actual presidente y al propio Duarte Cacavelos. Todos los intentos fueron insuficientes y por respuesta recibimos de su agente de prensa un escueto “No van a responder; me acaba de decir”.
Para el PDP y el mismo Duarte Cacavelos “era lo más normal hablar con Fernández Lippmann”, de lo que se deduce que lo ocurrido en todo este tiempo, desde que explotaron los casos de tráfico de influencias “todo era normal”.
En conversaciones con medios el fin de semana Duarte Cacavelos reconoció que en varias ocasiones telefoneó al exsecretario del JEM “por cuestiones de obstáculos procesales para presentar una denuncia”.
No entró en detalles de que casos conversaba con Fernández, pero se debe recordar que Duarte Cacavelos también es abogado de Efraín Alegre, presidente del PLRA, de Rafael Filizzola, ambos investigados en casos de irregulares ocurridos durante la incursión en la administración del Estado. Duarte también es candidato a senador por el Partido Democrático Progresista (PDP).
Última Hora publicó el extracto de llamadas entre Duarte y Fernández Lippmann. Desde el 18 de octubre hasta el 7 de noviembre, el letrado se comunicó con el ex secretario del JEM más de una vez. Alegó que las llamadas se dieron porque el ahora imputado era “el centro neurálgico” de la institución.
MASI INVESTIGA
Además de enojarse con Última Hora, diario amigo de la senadora, exigió el nombre del periodista que escribió el artículo, quizás para acusarlo de ser “un cartista infiltrado”.
Sin poder hacer otra cosa ella misma se erigió como defensor, fiscal y juez de Duarte Cacavelos y aseguró que pedirá explicaciones (¿?).
Una de las consultas que hemos realizado a la senadora Desirée Masi es: “Si el señor Duarte Cacavelos gana un curul, usted solicitará enjuiciarlo’? como ocurrió con González Daher. Ante la ausencia de respuesta, debemos suponer que la “correcta e incorruptible” senadora exigirá que le retiren la investidura a su correligionario y repetir todo el circo del caso anterior.
