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BRASILIA- En una conferencia de prensa hecha exclusivamente para medios internacionales, la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, mostró su postura ante el juicio político en el que posiblemente será sometida.
La mandataria aseguró que todo es parte de un complot de la oposición y que ella realmente no cometió irregularidad alguna, “No hay pruebas contra mí, no hay pruebas de que yo he cometido actos ilegales”, expresó.
Trató de traidores a todos sus ex colaboradores de gobierno que votaron a favor del impeachment y habló de venganza contra los mismos, nuevamente agregando que todo es parte de un golpe de estado, “Soy víctima de un proceso de verdades a medias. Esto es un golpe porque no existe ninguna base legal para mi destitución. No tiene que ser un golpe armado para ser un golpe”.
“Soy víctima de un proceso de verdades a medias. Esto es un golpe porque no existe ninguna base legal para mi destitución. No tiene que ser un golpe armado para ser un golpe”
En relación a que el desarrollo de este juicio político pueda ser una solución a la actual crisis, la Jefa de Estado expresó, “Este proceso no es un proceso de juicio político. Están tratando de dirigir una elección. Tenemos que entender que este proceso no traerá estabilidad política al país porque se viola la base de la democracia”.
A mediados de mayo, la Cámara de Senadores brasileña debe aprobar con mayoría simple, el juicio político para que el mismo se dé inicio y Dilma Rousseff abandone el cargo mientras éste dure.
