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“El dire” está furioso

Esa es la frase que retumbaba ayer en pasillos de ABC Color. Fue poco después de las 15:15, apenas culminada la votación del Congreso confirmando la designación de Alicia Pucheta como nueva vicepresidente de la República. “Guacha a esta indigna y a su patrón”, fue la sucinta indicación que a los gritos dio el propio Aldo Zuccolillo al jefe de redacción, quien percibió a las claras que no tenía la menor chance de sugerir otro enfoque alternativo, crítico, pero no grosero,  no tan alevoso como ordenaba el otrora “hombre fuerte de la prensa”, devenido en un perfecto desquiciado en la postrimería de su larga vida.

La exasperación de “Don Acero” y su incapacidad de disimulo, hay que decirlo en su defensa, no es solo fruto su avanzada edad. Es un nuevo “traspié” político, otra derrota que cosecha en poco tiempo alguien acostumbrado a imponer su voluntad a como dé lugar, incluyendo como primera opción el terrorismo mediático que practica desde sus diversas “plataformas”, concentradas en proyectar al mundo lo que a su juicio es el país si no se le otorga lo que pide: “una mierda”.

Los ejemplos huelgan. El manejo “periodístico” del “caso Messer” es uno de ellos, tal vez uno de los más escandalosos de los últimos meses, al pretender involucrar al presidente por el solo hecho de ser amigo personal del ciudadano de origen brasilero; pero no es el único. Desde que se inició el debate sobre el proyecto de enmienda para instituir la reelección, interrumpido por medios violentos, ha sido la constante de ABC y sus medios satélites. Declaró en reiteradas ocasiones el supuesto “quiebre del Estado de Derecho”, bombardeó la colocación de los “bonos soberanos” y saboteó el proyecto de Presupuesto General de la Nación en dos oportunidades, así como todo plan de interés nacional promovido por el Ejecutivo, como el Barrio San Francisco, el Metrobús, el viaducto de Madame Lynch, entre tantos otros, valiéndose para ello de sus títeres en el Congreso.

Pero fracasó la mayoría de las veces. Salvo en el caso de la enmienda, que por una serie de factores logró provocar una crisis de grandes proporciones, en todo lo demás le fue muy mal. Y siguió fracasando después al intentar dividir a la ANR de cara a las elecciones generales, con el fin de facilitarle las cosas a su candidato Efraín Alegre,  también al impulsar el “voto cruzado” en contra de los partidos tradicionales -especialmente del colorado- que mantienen su hegemonía en el Congreso y, en los últimos días, al jugarse en contra de la designación de Pucheta como Vice, por ser la candidata propuesta por Horacio Cartes.

Su obsesión es tal que pierde hasta batallas que nunca debió librar, como la designación de la víspera. Una cuestión que tendría que haber sido de mero trámite, como lo fue en el pasado, pero que hizo de ella algo de primerísimo orden, y así le fue, arrastrando detrás suyo a sectores de la oposición que una vez más demostraron ser incapaces de elaborar un libreto propio.

Más le valdría a Zuccolillo prepararse para otros disgustos por otros hechos que tampoco podrá evitar, como la aceptación de la renuncia de HC por parte del Congreso y su juramento como senador de la nación junto a los demás senadores electos, porque las instituciones de la República lo habilitaron para que compita por una banca y porque su elección ha sido fruto de la voluntad popular expresada en las urnas.

Por último, no podemos menos que solidarizarnos con los colegas de ABC Color, porque tal como se presenta el panorama, “el Dire” seguirá furioso.

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