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Dos modelos

Nuestros ancestros eran fanáticos. “Che colorado”, o “Che liberal”, entonces “a vota vaerã la che partido rehe”, aunque el candidato fuera un bandido, como ocurría en la mayoría de los casos.

El pañuelo pytã o el chovy, se lucía orgullosamente y el correlí que lo portaba era capaz de meterle una cuchillada a quien osaba cuestionárselo.

Los colores eran fundamentales. No se miraba nada más.  En consecuencia, los paraguayos siempre escogimos mal, sin acierto, sin análisis, movidos solamente por la emoción, no por la razón, como dirían los sociólogos.

También, muchos de esos colores fueron adoptados por nuestros antepasados, luego de severos enfrentamientos armados entre hermanos, entre partidos, incluso entre facciones de una misma agrupación política, que se habían convertido en una segunda piel.

Pero las cosas deben cambiar. Ya pasó demasiado tiempo. Opáma vaerã la actitud de votar fanáticamente “a mi partido”. Ahora hay que mirar la hoja de vida de los candidatos, evaluarlos detenidamente, ver qué hicieron…porque es lo mismo que harán en el futuro, según  los estudiosos del tema.

Entendiendo así las cosas, debemos concluir que el próximo domingo se están enfrentando dos modelos de trabajo, no dos partidos tradicionales.

Uno, la propuesta de Marito Abdo Benítez, quien obviamente le pondrá su sello propio a su gobierno, pero por supuesto, dará continuidad a la monumental obra de transformación del país en todos los órdenes, iniciada por Horacio Cartes.

Paraguay está casi irreconocible luego de sus años de gobierno. Enormes obras de infraestructura cruzan la geografía nacional en todas las direcciones, viviendas sociales se desparraman donde antes reinaban las basuras y las alimañas, sus logros son  tantos y tan importantes que se podría estar hablando horas de los mismos. Fue el gobierno más constructivo en la historia reciente del país.

Esta gestión portentosa tendrá continuidad con Marito. No hay mentiras. Hay realidades. Todo está  a la vista. Los números son incontrastables.

¿Que hay en la vereda de enfrente? Un político, Efraín Alegre, probado en la función pública, como ministro de obras, en la nefasta época de Fernando Lugo. Probado y reprobado, con una gestión pésima plagada de sospechas de corrupción, que duermen el sueño de los justos en tribunales, conocido como el ministro de las “paladas iniciales”, o como el mentor de la “Ruta de la Mentira”, que se pagó totalmente, pero nunca se hizo.

Fuera de la gestión pública que más hizo Efraín Alegre. Pues patrocinar los hechos de violencia que desembocaron en la quema del Congreso y en la muerte de Rodrigo Quintana. Tiene las manos manchadas con la sangre de este joven.

¿A este candidato lo vas a votar, solamente porque es liberal?

Ridículo, ya lo dijimos. Si resulta elegido, lo cual es muy improbable, se arrojará al país a cinco a años de miseria y a una gigantesca tarea de reconstrucción cuando culmine su faena en el gobierno.

No debe ocurrir. Mirá lo que se hizo cuando vayas a depositar tu voto. No te vas a equivocar.

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