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ASUNCIÓN. El economista Amilcar Ferreira dijo que la alternativa para que el país evite incurrir en un endeudamiento externo, para confrontar la crisis por la pandemia del COVID-19, es recurrir a la Itaipú Binacional. Aseguró que es una salida, pero que “significa un tremendo desafío político”.

En contacto con la emisora Universo 970 am, el analista económico explicó: “En mi opinión es la mejor (alternativa) de todas, porque nuestro fisco ya venía con una situación bastante ajustada, con déficit fiscal incurrido para financiar obras y con un alto porcentaje de lo que es la recaudación de los ingresos corrientes ya capturados por los gastos fijos sin mucho margen. Inclusive este endeudamiento aprobado por el Congreso de 600 millones de dólares nos va a llevar ya el próximo año a un balance operativa del cero, lo que significa que prácticamente el 100 % de la recaudación de los ingresos no tributarios ya van a estar comprometidos con erogaciones, que son prácticamente fijas”.

Ferreira afirmó que esta opción surge de la propuesta de su colega, exministro de Hacienda Manuel Ferreira, implica hacer una propuesta a Brasil para una emisión de bonos, “dado que a inicios del 2023 prácticamente Itaipú termina de pagar la deuda que había contraído para su construcción”.

“Los costos operativos de Itaipú son de 800 millones de dólares por año. Esto es lo que cuesta el funcionamiento de la represa, salarios, y otros gastos. Y otros 400 millones de dólares para royalties, que paga la binacional a ambos países por el uso del río y 2 mil millones de dólares por el servicio de la deuda. Es para un total de 3.200 millones de dólares por año”, manifestó.

Siguió explicando: “estos 2 mil millones de dólares que se termina de pagar en el 2023, según escuché incluso algunos informes que hablan de que a finales del 2022 se estarían reduciendo de manera muy importante este monto. Entonces, en el eventual caso de que ambos países acordaran mantener esa tarifa, ese flujo de 2 millones de dólares por año quedaría disponible para por ejemplo pagar el eventual bono que se emitiera”.

“Dos mil millones de dólares por año, por diez años por ejemplo, construyen un flujo de 20 mil millones de dólares. La idea es anticipar esos flujos de tal manera a que en este momento en el cual ambos países están atravesando por una crisis sanitaria que requiere de gastos adicionales. También eso va a requerir un plan de reactivación económica y es una buena idea adelantar esos flujos con la emisión de un bono o capturar esos flujos, tener ahora ya el dinero disponible”, subrayó el economista.

Puntualizó: “Es un monto que le mueve la aguja incluso al Brasil y para nosotros podría significar la constitución de un fondo soberano, similar a lo que sería el Fonacide, una ley especial que blinde esos fondos y que una parte de ellos se puedan utilizar para la emergencia sanitaria y que posteriormente incluso se pueda usar para un plan de reactivación. Por un lado, para establecer un fondo de garantías importante que pueda garantizar créditos al sector privado, también para obras públicas, educación y salud… Es la idea, pero significa un tremendo desafío político”.