El sacerdote Estanislao Arévalos, condenado por abusar sexualmente de niños.
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Ejemplar condena: Seis años de cárcel para cura pedófilo

El sacerdote católico Estanislao Arévalos Pedrozo fue condenado ayer a seis años de cárcel al ser encontrado culpable del abuso sexual de dos niños que asistían al catecismo en la parroquia Espíritu Santo de San Vicente, Asunción. Durante el juicio, las fiscalas Clara Ruiz y Cinthia Espínola comprobaron que el religioso abusó en reiteradas ocasiones de sus víctimas en el año 2013, cuando los menores -de 12 y 13 años en aquel entonces eran monagillos. Además de este caso, existen otros 10 de la misma índole, donde los acusados son clérigos, pero los procesos son dilatados.

ASUNCIÓN.-  El Ministerio Público solicitó siete años de cárcel para el sacerdote Estanislao Arévalos, acusado por abuso sexual en niños por un caso denunciado en el año 2013. Sin embargo, el Tribunal de Sentencia Nº 15 conformado por los jueces Héctor Capurro, Cynthia Lovera y Juan Carlos Zaratelo, lo condenó a 6 años de prisión.

Por su parte, el sacerdote condenado por abuso sexual en niños, al conocer el veredicto del Tribunal,  se limitó a decir que “no se tienen pruebas” y, ante las reiteradas preguntas de la prensa, insistió en que no se probó nada en su contra. El sacerdote, que fue beneficiado con prisión domiciliaria durante el proceso, deberá ser remitido inmediatamente a la cárcel Juan de la Vega de la ciudad de Emboscada.

El presidente del Tribunal, Héctor Capurro,  señaló referente a la condena, “teniendo en cuenta lo que representa: un sacerdote, cura párroco de una iglesia que él mismo levantó, hizo reavivar esa parroquia, pero cometió una conducta grave que echó por tierra todo ese esfuerzo y se aprovechó de la inocencia de estos chicos que colaboraron con él en la parroquia, en la celebración de la eucaristía. Como presidente del tribunal, en lo personal, digo: las mismas manos que consagran el cuerpo y la sangre de Cristo en la celebración eucarística fueron las mismas manos que ultrajaron gravemente a los chicos”.

ANTECEDENTES DEL CASO

El sacerdote Arévalos Pedrozo fue acusado de haber “manoseado” a dos monaguillos de una parroquia de la capital en el año 2013. Según la Fiscalía, el caso tomó conocimiento público luego de que dos personas presentaran denuncias formales contra el religioso. Eran padres de dos menores de 13 y 14 años, quienes eran monaguillos de una parroquia.

Pese a las denuncias, Arévalos no fue apartado de su cargo en esta sede católica, pero fue trasladado a un colegio en Carapeguá, según el alegato de la fiscal del caso, Clara Ruiz. Lo que demuestra que los representantes de la Iglesia Católica y en especial los miembros de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), pusieron en peligro a otros jóvenes.

LA CONDENA DE OTRO SACERDOTE ABUSADOR

La condena del sacerdote Estanislao Arévalos Pedrozo por abuso sexual, no es la primera ni debe ser la última en nuestro país. En el 2003, el entonces curapárroco de la parroquia San Antonio del barrio Remansito de Ciudad del Este, Juan Andrés López Sosa, fue sentenciado a 8 años de cárcel por someter sexualmente a un niño, cuando apenas tenía 11 años de edad, en el interior del templo. Los hechos ocurrieron en el 2000, según los antecedentes.

El Tribunal que emitió el veredicto estuvo integrado por los jueces Antonio Álvarez Alvarenga, Carmen Teresa Barrios y Meneleo Insfrán Riveros.  Entonces, el Ministerio Público estuvo representado por los fiscales Lulio Vicente Gamarra Medina y Manuel Trinidad Colmán, quienes solicitaron 10 años de prisión para el sacerdote abusador.

El caso data del 19 de noviembre del año 2000. Era un día domingo cuando el menor llegó hasta su domicilio con la versión de que fue violado. Su madre G.L. de R. denunció inmediatamente el caso ante la Fiscalía penal de turno.

Ante la denuncia, el fiscal Trinidad Colmán ordenó la inspección médica por parte del forense Abilio Obregón, que dio como positivo. La constatación del abuso sexual derivó en la detención del religioso, quien luego de unos meses recuperó su libertad bajo medidas alternativas.

El incidentado proceso, que incluso había registrado el hurto de evidencias del despacho del juez Leonardo Ayala Balmoris y el pedido de nulidad de una prueba de ADN efectuado por parte del Ministerio Público, tuvo su desenlace en dos años y nueve meses.

Durante todo ese tiempo el expediente recorrió la Cámara de Apelaciones y llegó hasta la Corte Suprema de Justicia. En estas instancias, el cura no fue favorecido, por lo que el caso terminó con su condena.

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