Olimpia, uno de los que no pudo avanzar en la siguiente fase de la Copa Libertadores, pero entrará en acción en la Copa Sudamericana.
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El adiós a un sueño de los equipos paraguayos

Deportivo Capiatá y Olimpia lamentan, a estas horas, el haber quedado fuera de la Copa Libertadores. Aunque Olimpia tendrá el consuelo de entrar a la Copa Sudamericana, un premio consuelo del que difícilmente disfrutará Deportivo Capiatá, aunque le quedaba (sin saber los resultados de anoche), alguna muy leve posibilidad. Y el sueño de ver a los cuatro equipos paraguayos en la fase de grupos, se esfumó.

ASUNCIÓN.- (Por José María Troche).- Pero la verdad es que ambos, en los tramos finales de una carrera que se sabía que iba a ser difícil y que los errores se pagarían muy caros, dejaron escapar sus respectivas oportunidades. Y no vamos a hablar de la suerte, si los resultados fueron merecidos o injustos. Porque en el fútbol a la suerte hay que ayudarla, y los goles no se merecen, sino que hay que hacerlos.

Parece que en Curitiba quedaron todos los cartuchos cargados de Capiatá porque así como en la visita al Atlético Paranaense, disparo que apuntaba a la meta rival era gol (por eso el empate 3-3), en la noche lluviosa del kilómetro 20, todo salía al revés. Tal vez porque lo buscaban con tanto afán y sin esa pizca de serenidad que es la que hace certeras las definiciones. Y lo que menos tuvo el equipo de Diego Gavilán fue calma, paciencia, la tranquilidad que daba saber que un gol los clasificaba.

Y en la contracara, Repetto parecía no entender que lo que Olimpia necesitaba era un referente de área. Que con Montenegro corriendo como bola sin manija de derecha a izquierda y de arriba abajo, no iba a llegar al gol. Como ocurrió en los 45 minutos del primer tiempo más los 34 del segundo, cuando ya con Roque en la cancha y un trabajo más preciso, llegó la definición.

¿Para qué dejar en la banca todas las escopetas si se necesitaban en la cancha? Y cuando el “Queso” Fernández se relamía de ganas de entrar, se lesionó Riveros y se acabó la tercera opción ofensiva. Y después vinieron los penales.

Y los penales en un partido caliente, aquel que tiene la cabeza más fría es el que gana. Y en eso, “Gatito” Fernández le ganó a todos, propios y extraños. Con una serenidad pasmosa, y consciente de lo que hacía, se tiró a la derecha cuando pateó Ortiz y con la ayuda del palo la mandó afuera. A Mendoza lo hipnotizó y le dejó chutar parado en el medio de su arco. Allí fue la pelota que con un manotazo se perdió afuera. Después Rodi Ferreira anotó, cuando ya los cariocas habían anotado 3. Faltaban dos por lado.

Y de nuevo “Gatito”, esta vez frente al muy publicitado Julián Benítez, esperó que el delantero se decidiera qué hacer y cuando disparó, a la izquierda del arquero, ya estaba los largos brazos del hijo del “Gato Mayor” del arco paraguayo, prestos para desviar la pelota y darle la clasificación al Botafogo.

Ahora no queda otra opción que meterse de cabeza en el Torneo local, y empezar a construir el castillo de puntos necesarios para decir presente, el año que viene, en otra copa internacional.

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