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El boicot ya es oficial

Desde hace algunos meses venimos alertando y denunciando que una “gavilla” de senadores, compuesta por “disidentes” de la ANR, el “lugismo” y el “efrainismo”, boicotea sistemáticamente los proyectos importantes que impulsa el Poder Ejecutivo, ocasionando serios perjuicios al país y al pueblo. Ellos lo negaron siempre, por supuesto, pero desde que rechazaron el crédito de 200 millones de dólares para financiar obras de envergadura que están en desarrollo, aun a costa de dejar sin trabajo a 50.000 compatriotas, se sacaron definitivamente la careta. Pero fueron más lejos y, de una política de hecho, pasaron al boicot oficial, como revela un video que circula en las redes sociales hace algunos días, bajo la consigna “no más deudas”, lo que en la práctica significa parar abruptamente todos los emprendimientos en curso y los que deben iniciarse en el corto plazo, conducta ésta que solo se condice con la de los peores traidores.

El referido audio-visual tiene como protagonista al exministro del interior del gobierno de Fernando Lugo, Rafael Filizzola, lo que podría restarle importancia, dado su nulo predicamento, si no se tomara en consideración que el libreto se lo preparó su esposa, la senadora Desirée Masi, quien tampoco goza de popularidad pero sí de mucha influencia entre los demás componente de la “gavilla” de la cual es pieza clave.

“Rafa” intenta justificar esta miserable política destinada a cerrar las puertas al desarrollo, bajo el falso argumento de que el endeudamiento externo “dejará al país en ruinas”, que “las inversiones que importan no se hacen y las que se iniciaron tienen precios inflados”. Y lo dice “Rafa”, sin ruborizarse siquiera, a pesar de estar acusado de haber ocasionado un daño patrimonial de 10 millones de dólares al Estado paraguayo, en el sonado caso de los “filicópteros”, y de otros tantos miles de millones de guaraníes más, que se pagaron por la remodelación de las comisarías que en su momento no se hizo.

Haciendo abstracción de su falta de autoridad moral, lo que corresponde es que el marido de la senadora denuncie formalmente a quienes, según él, son responsables del presunto ilícito, al menos si no quiere quedar como un simple charlatán. Ahora bien, afirmar que “las inversiones que importan no se hacen”, ya refleja un grado peligroso de enajenación de la realidad, porque si hay algo que motiva la histeria de la “gavilla” es precisamente las obras que se están inaugurando en distintos puntos del país, las que están en plena ejecución y las que se iniciarán próximamente. ¿O dónde vive el exministro?

Solo algunos hechos, no dimes y diretes, ni “rutas de la mentira”, como las de su líder Efraín Alegre, quien también tiene causas pendientes con la justicia. ¿Rafael no se enteró de la construcción del superviaducto, ni del puente sobre la avenida Silvio Petirossi? ¿Tampoco de que la inversión pública  en infraestructura vial y sanitaria, solo en Asunción y Área Metropolitana, asciende a 1.200 millones de dólares? ¿Y qué dice de la Autopista Ñu Guasu, las 3.500 viviendas que entregará la Senavitat antes de fin de año y el complejo modelo en el predio del ex RC4 para 1.000 familias que nunca más sufrirán las consecuencias de las inundaciones?

¿Tampoco se informó de las rutas que están siendo construidas en el Norte, en el Sur, ni del inicio de la duplicación de las 2 y 7? ¿O que el Ejecutivo ya refinanció las deudas a más de 14.000 campesinos, a 10 años de plazo, 2 de gracia y bajas tasas de interés, rehabilitándolos plenamente para ser sujetos de nuevos créditos? Además, están las numerosas colonias de labriegos fundadas por el Indert, el Metrobús, la Costanera 2 y muchas obras más, muy a pesar de la rosca que maneja el Senado, que hizo de todo para obstruirlas.

Pues bien, ahí está la plata del endeudamiento externo, cuyo destino él dice desconocer,  y que lejos de “arruinar” la economía, como afirma en su video, la potencia de manera formidable, genera empleo en grandes cantidades y brinda soluciones a millares de familias paraguayas que requieren de la asistencia del Estado, que en anteriores gobiernos, empezando por el de Fernando Lugo, jamás se produjo.

Bajo la consigna de “No más deudas”, supuestamente en nombre de las futuras generaciones, lo que la “gavilla” hace y pretende seguir haciendo es condenar al atraso y a los paraguayos a la pobreza, lo cual merece el más amplio repudio ciudadano.

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