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El IPS de los sueños

Para el país es demasiado importante todo lo que pase o deje de pasar en el Instituto de Previsión Social.  El IPS es el paño de lágrimas de muchísima gente. Basta observar la tremenda cantidad de gente que se “descarga” todas las mañanas, bien temprano, frente al Hospital Central, en la zona de Trinidad. Nos perdonan la comparación, pero la multitud es tal que recuerda a las madrugadas en Caacupé, en la víspera del día de la Virgen.

Son cientos, miles, de asegurados que van diariamente a buscar consuelo para sus males. Mal que mal, salen atendidos y con un par de medicamentos, preciosos, bajo el brazo, para seguir luchando  con todos los avatares de la vida cotidiana.

Así como está el IPS con todos los problemas que tiene, que son graves, gravísimos en algunos casos, lo mismo juega un  papel vital para dar cobertura de salud a la masa de trabajadores compatriotas y a sus familias.

Imagínese el lector si el IPS funcionara bien. ¡Qué maravilla sería!

Como soñar no cuesta nada quizás podría pensarse que el momento de la redención de la institución está llegando ahora.

Saltó a la luz el tremendo despilfarro que existe en materia de servicios que son casi superfluos en el IPS a la vista de otras necesidades de vida o muerte que se tienen.  Todo el mundo quedó con la boca abierta, lo sospechábamos desde un principio, habría dicho el inefable Chavo del 8. Pero así no. Cifras exorbitantes, incomprensibles, salvo pensando mal, en fabulosas “comisiones” para los encargados de la adjudicación, vale decir, las máximas autoridades y los consejeros. Estos últimos, nadie sabe para qué sirven, son  una rémora de la época stronista donde se inventaban cargos para los amigos “poguasu”. Nunca hicieron nada, ni levantaron un dedo alguna vez señalando que algo estaba mal, están pintados en su sillas, llevándose a raudales el dinero de los pobres asegurados.

El IPS necesita una cirugía mayor. Se debe revisar desde su ley de creación. Adecuarla a los tiempos que corren y marcar límites bien precisos para lo que deben hacer sus autoridades. Con una serie de cerrojos anticorrupción, ya que a la vista de los hechos, parece que no existe gente proba y honesta que pueda desempeñar esos cargos con la frente en alta y los bolsillos vacíos.

Concluida la “razzia”, poner los énfasis de la administración donde deben estar: Adecuando –mejor ampliando- diariamente la infraestructura a medida que crece el número de asegurados, contratando a la máxima cantidad de personal de blanco para evitar las temidas listas de espera, equipando a la institución con lo último en tecnología, completando el parque de medicamentos, etc.

Ese sería el IPS de los sueños. ¿Se podrá lograr alguna vez? ¿Se podría empezar ahora que salió a la luz parte de la mugre? Que opina el lector…

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