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El más inútil de todos

Los asunceños no suelen lucirse por elegir bien a la hora de optar por un intendente municipal, pero tenemos que reconocer que, esta vez, rompieron todos los parámetros. Jamás la capital del país estuvo tan abandonada, sucia y destruida, como si fuera una ciudad bombardeada en tiempo de una guerra muy cruenta.

Mario Ferreiro superó, de lejos, a todos sus antecesores. Y lo que más frustración genera es que la ciudadanía le votó por diferente, por despertar la esperanza de que Asunción recuperaría su esplendor y se convertiría, con todo derecho, en el atractivo más importante del país. Nadie tiene experiencia cuando llega a ocupar el cargo de lord mayor de una ciudad, pero con el trascurrir de los años va a adquiriendo el suficiente movimiento de cintura para ir enfrentando los problemas y planteando las soluciones; algunos lo consiguen más que otros, pero ninguno se queda de brazos cruzados, como si lo que ocurre no fuera problema suyo ni presentar opciones para superar las crisis fuera su responsabilidad.

Todo está mal en Asunción; el tránsito es una pesadilla, las calles, en su gran mayoría, están rotas y llenas de pozos. Transitar por ellas requiere de una habilidad que no se enseña en ningún curso de manejo, ni se adquiere con años de experiencia detrás de un volante. A medida que uno avanza en esos cráteres, siente que alguien, en algún lado, le tomó ferozmente del pelo y que sus impuestos van a parar al tacho de basura, o a los bolsillos de ciertos personajes, lo que resulta aún mucho peor.

Es cierto que los desastres de la naturaleza, este año, son mucho mayores que en años anteriores, pero no son nuevos. Cada año, en determinados meses, se producen inundaciones y cientos de familias deben dejar sus casas para migrar hacia las alturas. Después de casi 4 años en el cargo, resulta inexplicable que Ferreiro no haya podido proponer una sola solución de fondo, que pudiera hacer la vida un poco más fácil a los damnificados y al resto de los vecinos de la capital.

Cuando, por fin, ordena que se repare alguna de las calles, elige las más transitadas para cerrar la media calzada en horas pico, generando un embotellamiento insoportable, con personas que llegan tarde a sus trabajos, a sus colegios, demostrando el poco interés que tiene hacia el bienestar ciudadano.

El mismo reconoció hace poco, en un sincericidio admirable pero que no le justifica ni le absuelve, que el cargo le quedó grande y que fracasó en su gestión. Claro que resulta muy fácil hacer este tipo de confesiones, mientras sigue instalado en el sillón municipal, recibiendo un sueldo millonario y protegiendo a sus recomendados.

Para colmo, ahora se suman serias sospechas de malos manejos. De lo contrario, resulta difícil de comprender que no haya ejecutado ni un solo guaraní (del presupuesto 2018) de 30 mil millones de guaraníes previstos para el desagüe pluvial

Muchas veces rechazamos la idea de que los cargos electivos deban ser solamente para políticos; sin embargo, Ferreiro, con su inoperancia e inutilidad, nos hace pensar que un independiente, sin experiencia en la función pública, no debería volver a ser electo para una función tan importante como esta. Hay mucha gente de la que ya no se espera nada. Pero cuando el que falla es alguien en quien se depositaron muchas esperanzas, el fraude y la afrenta son mucho mayores.

 

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