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El bolivariano Nicolás Maduro, llevó adelante a trancas y abarrancas su Constituyente a “la medida” con la cual busca redactar una nueva Carta Magna. La oposición está firme en el boicot al evento que se realiza este domingo. El régimen chavista aumentó la represión en todo el país y van sumando más muertes. Ante el temor de lo que pueda pasar a partir de hoy, miles de venezolanos huyeron en la semana pasada a los países limítrofes como Colombia y Brasil.
CARACAS.– Luego de más de tres meses de protestas, Venezuela se aproxima a un momento decisivo. La controversial Asamblea Nacional Constituyente a la que convocó su presidente, Nicolás Maduro, podría definir el futuro del país que desde hace varios años sufre una escalada inestabilidad política, social y económica.
Líderes internacionales y la oposición venezolana han rechazado la votación que elegirá a los miembros de dicha asamblea, la cual se llevará a cabo este domingo y con la que Maduro busca redactar una nueva Carta Magna.
El sucesor de Hugo Chávez ha argumentado que la Constituyente es una herramienta para derrotar el “golpe fascista” perpetrado por sus oponentes, que desde el año pasado han pedido su renuncia. La oposición, por otra parte, afirma que si la Constituyente se lleva a cabo, se consumaría una dictadura. Para evitar que ésta se lleve a cabo, las protestas en las calles se han intensificado en los últimos días.
Asimismo, un par de semanas atrás, el Parlamento (cuya mayoría son miembros de la oposición) convocó a una consulta popular, no reconocida por el gobierno, en el que la gente pronunció su rechazo hacia la Constituyente. Según anunció entonces la rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, más de 7 millones de venezolanos, tanto en el país como en el extranjero votaron en contra del proceso constituyente.
Para lleva adelante la Constituyente, Maduro invocó el artículo 347 de la Constitución venezolana que dice que el pueblo de Venezuela puede convocar a una Asamblea Nacional Constituyente con el fin de “transformar el Estado, crear un nuevo orden jurídico y redactar una nueva Carta Magna”.
La decisión fue tomada por Maduro y aprobada por el Consejo Nacional Electoral, sin consultar a los venezolanos pues, según Maduro, “cuenta con el apoyo del pueblo”.
En caso de correr la Constituyente, la Asamblea estará formada por 545 congresistas que sesionarán a partir del 2 de agosto en la sede del Parlamento y durante un período indefinido. 365 de estos serán elegidos por representación territorial, es decir, cada municipio tendrá un representante y las capitales de estado tendrán dos, sin importar el número de habitantes de cada uno.
Otros 173 candidatos serán elegidos por sectores sociales que Maduro eligió entre ellos: trabajadores, pensionados, estudiantes, campesinos y pescadores, empresarios y discapacitados. Ocho más serán elegidos por comunidades indígenas.
De entre los 6,120 candidatos para formar parte de la Asamblea Constituyentes varios de ellos son oficialistas de hueso colorado, por no decir familiares de los líderes.
Tal es el caso de Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), diputado de la Asamblea Nacional y mano derecha de Maduro. Cabello también es conductor del programa de televisión “Con el mazo dando” en el cual ha amenazado, en televisión abierta, a miembros de la oposición.
