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ASUNCIÓN.- María Florentín, una de las tantas vendedoras instaladas en una de las arterias capitalinas ofreciendo el pindó (palmas), comentó sobre el “gran poder” curativo que tiene esta planta y sobre todo para ahuyentar males e incluso temporales y tormentas que amenazan seriamente con las destrucción de casas, según dijo. “También puede quemarse cuando se aproxima el mal tiempo y principalmente en Semana Santa para que se lleve todo mal del hogar”, relató muy segura de lo afirmado a un potencial cliente que se acercó a la misma con intenciones de comprar este tradicional elemento cristiano. “Hay que poner detrás de la puerta cuando esté bendecido, para que no vengan las cosas malas a la casa”, insistió.
La trabajadora cuenta la historia de la tradicional palma y cómo elaborarlas, como una especie de marketing de venta y así poder llegar a la meta de vender la totalidad de la “mercadería”, describió.
“Agregar un ramito de ruda a la palma bendecida también es otra tradición, pues según dicen, ahuyenta la mala onda de la casa, junto con el romero y siempre vive”, agregó. Más allá de su uso ancestral y milagroso en la comunidad paraguaya, el pindó además se convierte en esta época del año en sustento económico de muchas familias.
