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ASUNCIÓN.- A menos de dos meses de la elección de la nueva mesa directiva del Senado, ya hay varios que pretenden el cargo de presidente y las negociaciones están en su punto más álgido. El presidente Horacio Cartes y la bancada del PLRA habrían llegado a un acuerdo para que el sucesor de Mario Abdo Benítez sea un liberal y el próximo contralor, un colorado.
La disidencia colorada y Frente Guasu tienen a Óscar “Cachito” Salomón como candidato a presidente del Senado. Pero no es el único anticartista que tiene aspiraciones presidencialistas; también Luis Castiglioni y Julio César Velázquez quieren ser los sucesores de Marito, aunque las cosas ya no son iguales que el año pasado, cuando los disidentes tenían mayoría en la cámara. Otro que tiene aspiraciones de ocupar el cargo es el oviedista Jorge Oviedo Matto.
La Presidencia del Senado siempre es el plato fuerte para las bancadas partidarias que tienen representación parlamentaria puesto que implica también la Presidencia del Poder Legislativo. Además, es en la Cámara Alta en donde se tratan los acuerdos constitucionales para la designación de directores de hidroeléctricas, embajadores y ascensos militares, así que su importancia es contundente.
Así que no son solo los colorados los que tienen ambiciones de ocupar el cargo. De hecho, el primer presidente de este mandato que se inició en 2013 fue el liberal Blas Llano, con quien justamente se pretendió iniciar el proceso de renovación judicial impulsado por la ANR y el PLRA, aunque hasta ahora no hubo ningún cambio, por la resistencia de la disidencia colorada y las demás bancadas de Oposición.
De acuerdo a nuestras fuentes, Cartes podría resolver el largo impase en el que está la elección del nuevo contralor general de la República, cargo que aspiran tanto colorados como liberales, acordando con los liberales que estos se queden con la Presidencia del Senado y que acepten que la Contraloría sea para la ANR. El candidato del PLRA estaría entre Julio César Franco y Fernando Silva Facetti.
Esto destrabaría una crisis que desde octubre del año pasado impide el nombramiento del contralor que debía haber asumido en el cargo en diciembre pasado. Desde entonces, el contralor interino, Roy Rodgers, está con el mandato vencido sin que hasta ahora la mesa directiva y las bancadas del Senado hayan mostrado algún signo de preocupación por esta situación irregular.
El acuerdo entre el oficialismo colorado y el liberal contaría con el apoyo de algunas otras bancadas que están bastante hartas del descontrol que tuvieron el año pasado la disidencia conocida como el G15, en complicidad con el Frente Guasu.
