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“Factura” democrática

Recuperar la institucionalidad en el Congreso. Ese es el concepto. No se trata de “pago de favores”, de exigencias indebidas de HC, ni  nada por el estilo. El hecho incontrastable es que juraron dos senadores ”truchos”, que no fueron electos ni proclamados, en un artero atentado contra las normas más elementales de la democracia, hecho patrocinado por el impresentable Fernando Lugo en su época de titular del Congreso Nacional.

Se dejó afuera de una manera alevosa, injustificable, por un lado, a Horacio Cartes, el ex presidente, alguien a quien como premio el pueblo paraguayo lo ungió como el senador más votado en las últimas elecciones. Lo dejaron de lado, en una bofetada -que aún resuena- al ordenamiento democrático de la República. En el mismo sentido quedó fuera otro político ungido como legislador por el voto popular, Nicanor Duarte Frutos, quien sin  embargo, ya había “transado” con quienes impulsaron la medida, a cambio de un  jugosísimo cargo en la Entidad Binacional Yacyretá, el cual aún hoy conserva, pese a las múltiples trapisondas que el hombre comete ahí en su beneficio propio y en desmedro absoluto del país.

Decisiones como esa son las que llevaron al actual descalabro al gobierno de los Añetete.

Todo el mundo especula ahora con que HC pasará la factura por no haber permitido el desplazamiento del jefe de Estado y reclamará su banca; lo dicen como si ello fuera un pecado.

HC ha dicho ya mil veces que no desea ocupar a esta altura de su vida y su carrera política ningún cargo público. No va a jurar, pero la banca debe ser devuelta a quienes se la ganaron limpiamente y deben respetarse los mecanismos de substitución que están para eso, no para traer de los pelos a dos truchísimos que fueron encumbrados al cargo solamente por su obsecuencia.

La “factura” no es para beneficios personales, sino para devolver la institucionalidad al país. Para ser legisladores se deben ganar las elecciones y debe pronunciarse al respecto la Justicia Electoral, ¡no hay otro camino señores!

Para devolver legitimidad al Congreso, ahora que las aguas bajan un poco más calmas, deberían “despacharse” también todos los juicios políticos pendientes. Léase, a Carlos Portillo, Ulises Quintana y Tomás Rivas, en la cámara baja y a Rodolfo Friedmann, Mirtha Gusinsky y Abel González en el Senado, para que las cosas se vayan poniendo a punto.

El Parlamento es una instancia clave para la democracia, como para que siga siendo un sitio donde se saldan cuentas políticas y que para ello se haga tabla rasa de la Constitución y las leyes.

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