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Serían 20 los senadores que dejarán impune a Sindulfo Blanco, el ministro de la Corte Suprema de Justicia acusado por varios delitos, entre ellos el de haber liberado a un asesino, de atentar contra el ambiente y por involucrarse en la venta ilegal de tierras fiscales. Pretenden convencernos de que no quieren prestarse a la jugada del oficialismo colorado.
ASUNCIÓN.- Aunque pretenden mostrarse como impolutos que se resisten a ser manipulados por el poder de turno, lo cierto es que los senadores que no asistirán a la sesión en la cual se dictará sentencia sobre el caso de Blanco, lo único que harán será impedir que sea separado del cargo un sujeto que no merece integrar la Corte Suprema de Justicia ya que tiene varias acusaciones en su contra.
Lo cierto es que ninguno de los tres ministros acusados por Diputados, Blanco, Óscar Bajac y César Garay, puede seguir formando parte del máximo tribunal de la República, la institución responsable de velar por el respeto a la Constitución y las leyes. Esto no significa que los demás seis ministros no sean también sospechosos de varios actos irregulares e ilegítimos, y es lo que no parecen entender los senadores que se oponen a que solo sean tres los enjuiciados. Por algún lado había que empezar y estos no son más que los primeros en sentarse en el banquillo de los acusados.
En la sesión donde se inició el juzgamiento faltaron 18: los disidentes colorados Enrique Bacchetta, Óscar Salomón, Silvio Ovelar y Julio César Velázquez, con los liberales Luis Alberto Wagner, Ramón Gómez Verlangieri, Carlos Amarilla y Emilia Alfaro, además de los miembros de Avanza País (Adolfo Ferreiro y Miguel Ángel López Perito), del Partido Democrático Popular (Desirée Masi, Pedro Santa Cruz y Arnaldo Giuzzio) y del Frente Guasu (Hugo Richer, Esperanza Martínez, Carlos Filizzola, Fernando Lugo y Sixto Pereira).
Desde el comienzo ellos dijeron que no asistirían a ninguna de las sesiones que formaran parte del proceso de juzgamiento de los tres ministros acusados y ya lo demostraron el miércoles.
A ellos se sumarían el colorado Juan Carlos Galaverna y la liberal Zulma Gómez, quienes asistieron a la primera sesión, pero no asistirían a la última. Calé asegura que no va a ser un títere del oficialismo, y Gómez, igual que otros colegas suyos, tiene procesos pendientes con la Justicia y pareciera que no le conviene enemistarse con los ministros de la Corte. Como fuere, en el mejor de los casos solo habrán 25 votos (de los 30 exigidos) para condenar a Blanco, así que será declarado inocente.
¿Jugada de Marito?
Hay cosas que no resultan claras en todo este proceso de juicio político que se inició el miércoles en el Senado. Llama la atención que los que más se oponen sean los colorados disidentes, justamente los compañeros de ruta del presidente, Mario Abdo Benítez, quien defiende contra viento y marea el enjuiciamiento y, aunque reconoce que podría no haber votos, dice que es una deuda con la ciudadanía. La deuda pendiente con la ciudadanía es la renovación judicial y no el circo que dejará impunes a los ministros de la Corte.
En los últimos días empezó a correr la versión de que todo esto no sería más que una jugada de Abdo Benítez para posicionarse con un solucionador de conflictos, un piloto de tormentas, alguien adecuado para ser el candidato colorado a la Presidencia de la República, cargo que aspira y para el cual ya se ha postularse.
De acuerdo a este rumor, en la sesión del 27 de marzo, a la hora de que el Senado convertido en tribunal tenga que dictar sentencia, aparecerán Enrique Bacchetta, Juan Carlos Galaverna, Óscar Salomón, Silvio Ovelar y Julio César Velázquez, los compañeros de Marito, y con ellos se conseguirán los 30 votos necesarios para condenar a Blanco. Así, el presidente del Senado quedaría como el gran responsable de haber “convencido” a sus amigos de apoyar la condena y separación del cargo del acusado.
