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El Presidente tiene evidentemente varias formas de pagar sus “favores políticos”. En el caso de HC, los abonó de una manera innoble, desvergonzada, cínica, lo cual le creó múltiples problemas, pese a la buena onda del exmandatario, que, pese a todo, ordenó a su gente en el Parlamento y en todos los sitios. “No, palos a la rueda”.
Y pensar que gracias a HC, Abdo es presidente de la República. De otro modo, si su antecesor ordenaba que se le escamoteara un solo voto, otra iba a ser la historia.
Abdo tiene otra vara para pagar favores políticos a sus amigos, especialmente aquellos que lo ayudaron poniendo plata en la campaña. Para ellos, es espléndido, magnifico, no hay posición ni cargo que les niegue y los sostiene pese a las tormentas que desatan y a la mala gobernabilidad de la República, desde que el hombre asumió el cargo.
El caso más emblemático es Petropar. Fuentes de la actual disidencia colorada sostienen que allí se pagaron favores a las angurrientas distribuidoras que recibieron “acapetés” de todo tipo durante la era Cartes. Estaban esperando su momento, llegaron las elecciones internas del coloradismo, apostaron todas sus fichas a quien les prometió devolverles el poder, las ganancias, el dinero a raudales, como antes. Lo lograron, lo encumbraron y ahora llegó la hora de cumplir con lo prometido: El nombramiento de una operadora de estos “muchachos” al frente de la petrolera del Estado. Lo primero que hizo Patricia Samudio, utilizando un pretexto, a la vista de lo que está ocurriendo, es el alza de los precios de los combustibles. ¡Clink!, Caja, para las distribuidoras. A pesar de los lamentos del pueblo y de haber desatado una espiral inflacionaria que aún no se detiene. La señora evidentemente tiene puesta la camiseta de los privados y está haciendo todo tipo de fintas para no volver a bajar los precios. El tiempo que está ganando ahora mismo, es precioso, cientos de millones de guaraníes, están siendo embolsados innoblemente por la diferencia de costos debido al bajón que experimentó el precio del crudo desde mediados del año.
Y el pueblo lo está soportando todo porque sigue comiendo los pedazos de la torta que quedaron luego del constructivo gobierno de Horacio Cartes. Pero esas provistas se acabarán pronto y luego veremos si la gente lo seguirá tolerando o saldrá a las calles, como en otros países.
El presidente Abdo debe rectificar rumbos urgentemente antes de que las cosas se les vayan de las manos. No hay parches posibles. Hay que hacer bien el trabajo, correctamente y listo.
Ya pagó lo prometido, dio muestras de que cumplió su palabra. Basta ya. Las cosas deben volver a su cauce. Petropar debe regular precios al servicio del pueblo, como antes. Contener los intereses voraces de las distribuidoras. Proteger al humilde paraguayo, al que viene en colectivo o al que tiene un autito “chileré” con el que pasea a su familia los fines de semana. Es una bomba de tiempo negarles esa pequeña alegría.
Ponemos énfasis en Petropar, pero hay un sinnúmero de entidades y cargos importantes que fueron entregados como pago de favores políticos. Entre ellas, nada menos que las dos binacionales.
¡Y después se preguntan por qué las cosas no marchan bien en el país!
Obviamente hay que recapacitar. Ya no es hora del “vale todo” con el que se ganó las elecciones. “El país primero”, pedía siempre HC. ¡Cuánta razón tenía!