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Fiestas caóticas

Por: Telmo T. Ibáñez Jara (telmoijara@gmail.com)
Por: Telmo T. Ibáñez Jara ([email protected])

Las fiestas de fin de año casi siempre se vuelven caóticas. La mayoría de los conductores se vuelven locos, impera la “Ley de la Selva”, donde solo el más fuerte sobrevive; los códigos viales se pisotean, las calles y rutas se convierten en autopistas, los semáforos son ignorados frente a los mismos agentes policiales, sean municipales como nacionales.

Estamos contra reloj, pareciera como si el mundo girara a mayor velocidad que nunca. Las fiestas de fin de año eleva la bilirrubina, la ansiedad por llegar a destino, por abrazar al ser querido, concluir un trabajo provoca el estrés o situaciones de gran tensión, pero esto se duplica o cuadruplica si acompaña una bebida espirituosa.

Los locos del volante, potenciales suicidas u homicidas de las calles como rutas de todo el país, violadores de leyes viales como de todo tipo de códigos de una sociedad que está en emergencia total por los violentos avasallamientos que últimamente se registran en calles y rutas, siguen sembrando víctimas fatales como mutilados.

El Paraguay no es comparable con ningún país de nuestra región, en especial por la dimensión. Eso debería ser una gran ventaja para reordenar el caótico tránsito que se vuelve indomable en las fiestas de fin de año. La gran responsabilidad está en manos de la misma sociedad paraguaya, que aún es controlable.

Pero la gran cuota de responsabilidad queda en manos de las autoridades policiales, sean éstas municipales como de tránsito, los fiscales y jueces que no deben ser contemplativos ante eventuales faltas que se cometen a diario en las rutas como en las calles. Un rol importante puede cumplir el Sistema 911 con sus cámaras que cubre gran parte del país.

Con el monitoreo responsable de los operadores del Sistema 911, se pueden aún identificar a los infractores del tránsito para prevenir la comisión de graves accidentes son constantes en la vía pública y más aún cuando se llegan las fiestas de fin de año.

Son frecuentes los trabajos coordinados entre el Ministerio Público, la Policía Nacional y la Policía Municipal de Tránsito de todo el país, pero aun así queda pendiente la cuota de responsabilidad de los agentes del orden público, facilitando informaciones, videos, fotografías y otros soportes digitales que minuto a minuto pueden aportar importantes datos a los intervinientes.

De nada sirven hoy por hoy los cortes intermitentes de rutas o calles para los controles vehiculares, la era digital en ese sentido beneficia a los infractores de las leyes de tránsito, por medio de los grupos de WhatsApp o simples llamadas telefónicas rápidamente se alertan unos a otros y se evaden los controles.

Es hora de que las instituciones actúen en serio y se tomen las medidas correctivas, de lo contrario los inescrupulosos que se multiplican en esta época del año seguirán ocasionando víctimas fatales o mutilados.

Es una verdadera pena que se sigan pisoteando nuestras leyes, que no se puedan frenar ni tan siquiera a los beodos que hacen de las suyas en la vía pública. Tan fácil es identificar a quienes casi diariamente con sus vehículos llegan a las bodegas y con sus discotecas móviles perturban a la vecindad e incluso los alrededores de hospitales. La gran cuota de responsabilidad está en manos de la Policía Nacional, el Ministerio Público y la Policía Municipal de Tránsito.

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