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Las cosas están cada vez peor en la Justicia Electoral, luego de que una de las integrantes del Tribunal Superior de Justicia Electoral, María Elena Wapenka, decidiera romper lanzas con Norma Noguera, coordinadora general de Administración y Finanzas y directora interina de la Unidad Operativa de Contrataciones (UOC), a quien muchos consideran “la cuarta ministra”, por haber despedido a protegidos suyos, según los datos.
ASUNCIÓN.- Según nuestras fuentes, Noguera es protegida de Alberto Ramírez Zambonini, quien tiene el poder real en la institución, puesto que, al manejar la UOC, le genera mucho dinero en licitaciones. La nota dirigida al presidente del TSJE, Jaime Bestard, pide el despido de Noguera, con el argumento de que la misma creó un poder paralelo en la institución. De hecho, se dice que tiene más influencia que el director general de Administración y Finanzas, Olindo López, justamente quien pidió su comisionamiento del Ministerio del Interior, hace varios años.
Aunque los despidos de funcionarios son algo común cuando cambian los liderazgos políticos, según había explicado el experto en temas electorales, Carlos María Ljubetic, parece que la metida de pata de Noguera fue que entre quienes quedaron en la calle estaban varios protegidos de Wapenka, algo inadmisible para ella, por lo que no piensa descansar antes de que la funcionaria también salga de la entidad.
Hasta ahora, Bestard no responde a la nota que recibió de Wapenka, posiblemente porque también está presionado por Ramírez Zambonini, quien no quiere desprenderse de su protegida, ya que la misma le redunda bastantes beneficios.
La verdad es que la Justicia Electoral es uno de los organismos más denunciados por una cantidad de irregularidades, especialmente de los integrantes del TSJE; desde la contratación masiva de planilleros hasta los cobros indebidos de viáticos por viajes que jamás se hicieron, lo cierto es que su imagen está seriamente deteriorada y hay un convencimiento generalizado de que allí todo se maneja de manera retorcida y sin ningún respeto a las normas vigentes.
Así que cuando surge este tipo de conflictos, entre un miembro del TSJE que defiende a un funcionario y otro que lo quiere despedir, la cuestión suena más a una pelea de piratas, que pretenden apoderarse del tesoro. Porque si de algo no hay duda es que la Justicia Electoral es un botín bastante apetecido por todos los sectores políticos, que ubican allí a sus operadores políticos.
