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La nueva invasión de tierras de colonos brasileños ocurrida días atrás demuestra los pocos escrúpulos de esta clase de políticos oportunistas y camanduleros, que no tienen empacho en aprovecharse de las necesidades de los compatriotas en beneficio propio. De acuerdo a denuncias, todo indica que Luis Alberto Wagner y compañía no pararán hasta que corra sangre, tal como lo advirtió el presidente Horacio Cartes.
ASUNCIÓN.- Las tierras invadidas son 930 hectáreas de colonos brasileños que tienen allí sus cultivos, así que no son latifundios. Sin embargo, el problema empezó hace algunos años cuando un grupo de campesinos empezó a poner en zozobra a los colonos, manejados por el intendente de Tembiaporá, Sotero Cáceres, y un grupo de políticos opositores encabezados por los liberales Wagner, Pakova Ledesma y Efraín Alegre y el luguista Sixto Pereira, de acuerdo a un comunicado difundido por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), que está a cargo de Justo Cárdenas.
Es inadmisible que se siga manipulado así la necesidad de la gente con un estilo carroñero de hacer política, incitando a la violencia a quienes ya no tienen nada que perder porque sus sueños han sido traicionados por todos aquellos que se acercaron y les ofrecieron esperanza a cambio de su lealtad.
Son aproximadamente 200 familias de campesinos que ya fueron desalojados en setiembre y que días atrás volvieron a invadir el mismo predio, alentados por Wagner y los demás, según las denuncias. Aunque el discurso que utilizan es que el gobierno prefiere apoyar a los brasiguayos e ignorar las necesidades de los compatriotas, la verdad es bien diferente.
En primer lugar, estas no son tierras abandonadas, sino que están totalmente cultivadas por familias que están allí desde hace más de 30 años. Por otro lado, el gobierno ya ha ofrecido otras tierras para estas familias de campesinos, quienes las rechazaron porque su obsesión es conseguir éstas y ninguna otra. Por supuesto que las tierras de la Colonia de Guahory parecen mejores porque están trabajadas, de la misma manera como podrían quedar las de Raúl Arsenio Oviedo e Yhú si estos compatriotas las aceptaran y las cultivaran.
Semanas atrás, Cartes acusó directamente a Wagner de buscar la muerte de sus compatriotas, y todo indica que es exactamente esto lo que ocurrirá porque la tensión es cada vez más grande y en algún momento bastará una chispa para encender una llama que puede concluir en una verdadera tragedia, cuya responsabilidad será de estos políticos inescrupulosos y deshonestos.
