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ASUNCIÓN. Sin que aún se pueda reponer la comunidad de Capiatá del horrendo crimen del viernes pasado, cuando un suboficial de policía, Isidro Casco, asesinó a sus dos hijos pequeños, sus suegros y una cuñada, suicidándose después, la cosa empeora ahora cuando se sospecha que los uniformados que intervinieron en el luctuoso hecho incurrieron en omisión de auxilio al no socorrer a los dos heridos, una chica de 18 años y un niño de 11, que gracias a la intervención de los familiares y vecinos pudieron ser trasladados y permanecen internados en situación delicada en el Hospital del Trauma.

Esto lo denunció uno de los familiares, quien dijo que los policías le impidieron la entrada a la casa diciéndole que todos estaban muertos pero él detectó que el niño seguía con vida y forzó su entrada para socorrerle.

Ante esta denuncia, la fiscala de Capiatá, Carolina Martínez, informó en una entrevista radial que se abrió una causa contra personas innominadas por omisión de auxilio. Se tiene en cuenta también la información de que poco antes de realizar su deleznable acto, Casco llamó a la Subcomisaría Nº 59 para denunciar sobre un supuesto robo en su domicilio, a pesar de encontrarle con señales claras de estar drogado, se retiraron del lugar sin realizar ninguna acción.

Han empezado las declaraciones y el primero en presentarse fue el hermano de las víctimas que sobrevivieron, quien se ratificó en que los policías pretendieron impedirle el acceso para auxiliar a los heridos.