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ASUNCIÓN.- El miércoles deberá presentarse ante la Cámara de Diputados el ministro de la Función Pública, Humberto Peralta, quien deberá justificar el error de haber enviado una nota a ambas cámaras recomendando la jubilación de los legisladores mayores de 65 años. Ya pidió perdón varias veces, pero no hubo caso. Algunos hablan ya de darle un voto de censura sin siquiera haber escuchado sus respuestas.
Los legisladores reciben todo tipo de improperio todos los días. Pero había sido que no les importa que se les diga que son corruptos, badulaques o inútiles. Lo que realmente les saca de sus casillas es que alguien insinúe que son ancianos y que deben dejar sus bancas.
Un día, sin previo aviso, senadores y diputados mayores de 65 años recibieron notas de la Secretaría de la Función Pública que, amablemente, les recordaba que ese es el límite de edad para ocupar cargos públicos, por lo que les recomendaba acogerse a los beneficios de la jubilación.
Ardió Troya. Nadie podía entender ni aceptar que Humberto Peralta haya tenido la osadía de tratar de ancianos a los superpoderosos legisladores, que a esta altura del partido ya se sienten más allá del bien y del mal, lejos del alcance de los simples mortales como todos nosotros.
Las sesiones de ambas cámaras fueron invadidas por violentos discursos en los que se reclamaba la hoguera para el ministro de la SFP, y en Diputados la cosa llegó al colmo de decidir que sería interpelado. De nada valió que Peralta pidiera disculpas, casi de rodillas, por lo que desde el comienzo calificó como un error. Esto significa que en ningún momento intentó defender la nota enviada, sino que explicó que no había sido más que una equivocación, ya que en su mente jamás se le ocurrió que los legisladores debieran regirse por la Ley de la Función Pública.
No hubo caso. Peralta será interpelado a como dé lugar, por los diputados que siguen tan ofendidos que ya piensan en emitir un voto de censura en contra suya sin siquiera haber escuchado su defensa. Posiblemente no se llegue a este extremo porque la bancada colorada, que tiene mayoría propia, parece dispuesta a aceptar las disculpas del ministro, con lo que allí terminaría todo.
