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Todas las parroquias y templos de la Iglesia Católica del país se aprestan a celebrar este domingo la Noche Buena, donde la feligresía estará en vigilia para recibir al Niño Dios en el pesebre. En la oportunidad, en todos los templos, las homilías estarán centradas en la familia, la solidaridad y en los migrantes. En la Catedral de Asunción, la actividad religiosa se iniciará a las 22:00, donde el obispo, Edmundo Valenzuela, anunciará su mensaje de paz y armonía para las familias paraguayas.

ASUNCIÓN.- La Navidad es la fiesta de la familia por excelencia. Por ello, desde hace varias décadas, la Iglesia alienta y promueve la “Navidad en Familia” como un invalorable medio de evangelización y de preparación para la celebración comunitaria del nacimiento del Niño Dios, fortaleciendo así la buena vecindad y los lazos de reconocimiento mutuo y de solidaridad. Este año, las homilías estarán dirigidas a las familias, con el objetivo de fortalecerlas en la fe y en las armonías, según el monseñor Valenzuela. “En esta fiesta de la Navidad, los obispos del Paraguay queremos expresar a los fieles y a las personas de buena voluntad, nuestros saludos y un mensaje de alegría y esperanza porque Dios, en su infinito amor, nos regala el nacimiento de su hijo, Jesucristo, nuestro salvador”, expuso.

Los obispos y sacerdotes igualmente recordarán a los fieles de la relevancia de la Sagrada familia representada por José, María y Jesús, resaltando la humildad y entrega a aquellas personas que más necesita de uno. “María y José, que velan el sueño del Niño, nos inspiran para vivir esta fiesta con nuestras familias, en un ambiente de serenidad y gozo, acogiendo también en el seno de nuestro hogar a aquellos que están solos y tristes, para hacerles sentir la ternura y la misericordia de Dios”, expresó el obispo.

El otro aspecto a ser resaltado durante la celebración de la eucaristía de este domingo, es la obediencia y sencillez de María al recibir al hijo de crear, en un modesto establo, que se representa en los pesebres que se exhiben en la mayoría de los hogares paraguayos. “Dios nos muestra el camino para esta celebración; la sencillez del pesebre y de los pastores y la alegría anunciada por los ángeles. A ejemplo de la Virgen María, que acogió en su corazón y en su vientre al hijo de Dios, bajo la tutela y el cuidado amoroso de José, recibamos con gozo, en esta Navidad, a Jesucristo, Nuestro Salvador”, reiteró.

La Navidad nos recuerda y hace presente que Dios se encarnó, se hizo hombre, asumió nuestra condición humana, para ofrecernos de manera concreta, con palabras y gestos de su Hijo Jesucristo, su amor y su misericordia, para sacarnos de la oscuridad y darnos vida plena y vida en abundancia, añadió.

De igual manera, la Iglesia Católica recordará a los migrantes y en especial rezará por aquellas familias que por razones económicas, algún miembro de la sociedad fraternal, tuvo que viajar al extranjero en busca de un mejor porvenir. “Rezamos por las familias incompletas, fracturadas o disgregadas por las migraciones, por la violencia, por las agresiones de adentro y de afuera; les acompañamos con nuestra solidaridad y con nuestra cercanía”, expresó el obispo. Si permitimos de igual manera, en las homilías harán un llamado a los fieles para se abran a Dios. “Que Dios nazca en nuestros corazones, entonces seremos instrumentos de su voluntad para encarnar su amor y misericordia en la Iglesia y en la sociedad en el Paraguay, trabajando por el bien común, para que nuestro pueblo tenga vida en él y la tenga en abundancia”, subrayó.

SE RECUERDA OTRAS FESTIVIDADES

Con la celebración de la “Natividad” en las vísperas del 25 de diciembre, se inicia en la Iglesia Católica el llamado “tiempo de Navidad”, que abarca la celebración de la Sagrada Familia (domingo infraoctava de la Natividad), la solemnidad de Santa María, Madre de Dios (el 1 de enero, octava de la Natividad), la solemnidad de la Epifanía del Señor (6 de enero) y la fiesta del Bautismo del Señor (domingo después de Epifanía), con la que concluye ese tiempo. El período de la Natividad también incluye otras festividades tales como la de san Esteban, protomártir (26 de diciembre), la de san Juan, apóstol y evangelista (27 de diciembre) y la de los Santos Inocentes (28 de diciembre). En determinadas regiones se celebran festividades particulares como la de Nuestra Señora de la Esperanza y Nuestra Señora de Soledad (18 de diciembre).

Es costumbre que se celebren varias misas en Navidad, con distinto contenido según su horario. Así, la noche anterior (Nochebuena) se celebra la famosa Misa de Gallo o Misa de Medianoche; en algunos lugares se oficia una Misa de la Aurora que acompaña el amanecer del 25 de diciembre, de forma de vivir la noche de Navidad como una vigilia festiva. Finalmente, también se celebra la Misa del día. En la basílica de San Pedro y en el marco de la Misa del día, el papa predica un mensaje de Navidad a todos los fieles del mundo. Desde el “balcón de las bendiciones”, imparte luego una bendición solemne conocida como Urbi et orbi (en latín: A la ciudad (de Roma) y al mundo).