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La exresidencia de don Carlos Antonio López, en el Jardín Botánico, se encuentra abandonada y con serios signos de deterioro en la construcción. Considerada Patrimonio Cultural del Paraguay, la casona tiene en su interior muebles de incalculable valor histórico maltratados por el paso del tiempo, además de basura a plena vista y la edificación en condiciones deplorables. Debido a la falta de conservación, la casa, que funcionaba como museo, fue clausurada. La Municipalidad es la responsable de su preservación, teniendo en cuenta que está dentro de su predio.
ASUNCIÓN.- La denominada “Casa Alta”, que fuera propiedad de don Carlos Antonio López, primer presidente constitucional del Paraguay, se encuentra en pobres condiciones debido a la desidia de los encargados de la edificación. La misma es parte del patrimonio histórico y cultural de nuestra nación, por lo que debería ser protegida por el Estado.
Paredes ajadas, pisos hundidos, basura y humedad, vidrios y cerraduras rotas, muebles en pésimas condiciones y otras características son las que dan la bienvenida a la exresidencia de López.
El pedido de restauración del edificio, ubicado en el predio del Jardín Botánico, fue realizado por estudiantes de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), sin embargo, hasta la fecha no ha respuesta. Ayer intentamos hablar con el concejal capitalino, Daniel Centurión, quien presentó una minuta al respecto. Por mensaje accedió a la entrevista, pero luego no atendió su celular, lo que denota la absoluta falta de interés de dicha autoridad comunal, al igual que la propia Municipalidad.
El lugar se encuentra clausurado desde hace tiempo, debido a las condiciones que presenta, sin embargo, todavía ostenta, irónicamente, el cartel de “Patrimonio Cultural”, además de una bandera paraguaya desteñida, aún en el asta.
La revitalización del lugar lo constituiría en una interesante propuesta para ser visitada con el fin de adentrarse en la memoria histórica de nuestro país.
La “Casa Alta” construida a mediados del siglo XIX, ubicada en el predio del Jardín Botánico y Zoológico de Asunción, es un patrimonio cultural de la Nación y fue residencia de la familia López. El local fue inaugurado como museo en el año 2012, durante la administración del intendente Arnaldo Samaniego, sin embargo, con el tiempo quedó relegado al olvido, lo que derivó en su clausura.
