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CONCEPCIÓN. (Por: Telmo Ibáñez).- Un sexagenario indigente amaneció en una húmeda vereda sin signos de vida, habría fallecido por “hipotermia”, considerando las bajas temperaturas y la escasa cantidad de ropa que contaba en su momento. En esta ciudad la única institución que se ocupa de los indigentes en días de mucho frío es la Cruz Roja Paraguaya.
El cuerpo sin vida de Mario Teófilo Figueredo Correa (60), amaneció tendido en la vereda de una vivienda del barrio “Primavera” en las primeras horas de la víspera. La Policía Nacional intervino tras ser alertada por un vecino identificado como Hernán Joel Ferreira (24), comprobando que el mismo habría fallecido por hipotermia.
El traslado del occiso se realizó con la ayuda de los Bomberos Voluntarios hasta la morgue del Hospital Regional de Concepción, donde el médico forense Néstor Loreiro, quien diagnosticó como causa probable del fallecimiento “muerte por paro cardio-respiratorio por hipotermia”, culminado los trámites de rigor, el representante del Ministerio Público, asistente fiscal, Carlos Goddoy, dispuso que el cuerpo sea entregado a Eliodora Figueredo Correa (54), hermana del fallecido.
Según manifestaciones de Eliodora Figueredo, su hermano es conocido por su alcoholismo y que a consecuencia de eso, sus familiares lo abandonaron hace mucho tiempo.
En los últimos días la temperatura bajó hasta a 5 grados, inusual en esta época del año y más aún en el Norte del país, que generalmente recibe al más de setiembre con mucha lluvia y cierto calor.
NO HAY APOYO
Consultado sobre el caso de víctima fatal por hipotermia en esta ciudad, el presidente de la Cruz Roja Paraguaya Filial Concepción, Elvio Valiente Maluf, indicó que la institución mantiene a un promedio de 7 indigentes con frío y sin temperaturas extremas.
“Tenemos un albergue donde se refugian las personas indigentes a quienes los voluntarios asiste en primeros auxilios, así como la higiene, alimentación y medicamentos básicos”.
Agregó que todo lo hacen a puro pulmón sin el apoyo de ninguna institución pública como privada.
“Tengo mi pequeño negocio que al cerrar vengo con algunos de mis empleados, mis hijos y voluntarios para asistir a los indigentes quienes requieren todo tipo de atenciones, los mismos quienes también organizan actividades lucrativas para solventar los gastos que requieren la institución”, subrayó Valiente Maluf.
Concluyó que en el albergue lo tienen a 7 indigentes, pero no todos se llegan hasta el local, además 35 niños en la Casa Cuna, asistida por 3 docentes parvularias.
