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ASUNCIÓN. Al mezclarse tres proyectos diferentes, el cuestionario elaborado para la interpelación del ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, abarca temas que van desde el atentado para liberar al narco Jorge Samudio, alias Samura, en donde falleció el comisario Félix Ferrari, hasta la poca ejecución presupuestaria, pasando por el problema del abigeato, que resultó recientemente en un cuádruple homicidio.

Lo que no incluye el listado de 25 preguntas, a las que deberá responder el ministro el próximo miércoles 9 de octubre, es el recientemente descubierto escándalo de las llamadas comisarías de oro, que costaron varias veces más que el precio de mercado, lo que demuestra que lo que hicieron los senadores de la mesa directiva fue simplemente agregar al proyecto presentado por Honor Colorado, las preguntas que habían presentado antes Paraguayo Cubas, por un lado, y Desirée Masi, por el otro.

Toda la primera parte del cuestionario tiene que ver con lo ocurrido el 11 de septiembre, cuando presuntos integrantes del conocido grupo delincuencial brasilero Primer Comando Capital (PCC) liberaron a Samura y asesinaron al comisario Ferrari, especialmente en lo que hace a su responsabilidad en la “planificación y traslado de reos, especialmente cuando se trata de criminales de alta peligrosidad”.

Le exigen explicaciones también por su expresión de que lo ocurrido fue “un hecho aislado” a pesar de la gravedad de sus resultados, y aclaración por la destitución del comandante y subcomandante de la Policía, a pesar de que él mismo había dicho que no tenían responsabilidad en el hecho.

Siempre en cuanto a los últimos acontecimientos, preguntan si existe una política de seguridad por la que se rija el ministerio, y, en caso negativo, de cuándo es el plan que sigue vigente, asumiendo que alguno hay.

La incoherencia de pedir dinero para cubrir necesidades de la Policía, cuando se tiene una muy baja ejecución presupuestaria en el ítem correspondiente y su incoherencia al pedir primero 60 millones de dólares, y aumentarlos a 200 millones meses después, también forman parte del cuestionario que Villamayor deberá responder, sentado en el banquillo de los acusados y estar preparado para las repreguntas.

Al terminar la interpelación, los senadores se reunirán y decidirán si les satisfacen las respuestas u obtienen los votos necesarios para un voto de censura.