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IRP, un impuesto justo y necesario

La campaña orquestada por el diario ABC Color en contra de las nuevas reglamentaciones de la Secretaría de Tributación (SET) al Impuesto a la Renta Personal está basada en el único interés de proteger a los privilegiados de siempre, entre quienes figura el mismo dueño del matutino.

Dicen que la nueva reglamentación de este gobierno, que dejó sin efecto las de gobiernos anteriores, es injusta porque castiga a la clase alta, ya que evita que se refugie en las deducciones para terminar no pagando nada.

La ley, que tiene más de una década de vigencia, era per se justa y necesaria, ya que establecía, por primera vez, un sistema de efectiva igualdad tributaria en un país en donde las asimetrías eran la constante. Pero los gobiernos de turno le impusieron tantas reglamentaciones que terminó perdiéndose el espíritu de la norma, que es que el que tiene más, que pague más que es lo que se hace en cualquier país serio de Europa, en los Estados Unidos y algunos de los más avanzados de la región.

Con las modificaciones resultaba que la compra de un yate, de un edificio, de un CDA o una cantidad de cosas, permitía que el millonario pudiera deducir esos montos de sus impuestos y conseguía casi una total exoneración. No es que hicieran nada ilegal; no era una evasión, pero resultaba en un absurdo porque era una trampa basada en una reglamentación.

Así que el Ejecutivo hizo uso de la facultad que la Constitución y la misma ley se lo permiten, y eliminó las reglamentaciones permisivas de los gobiernos anteriores, de manera a conseguir que el IRP fuera real, y obviando que quienes más tienen encuentren recovecos para evitar tributar lo que realmente les corresponde por la capacidad económica que tienen.

La reacción no se hizo esperar y la indignación se ve reflejada diariamente en ABC Color, vocero de la clase pudiente del país, que emprendió una cruzada en contra de las modificaciones que realizó la Secretaría de Tributación, dadas a conocer por el gobierno.

Resulta gracioso que esta clase alta, que vive soñando con que vive en Estados Unidos o Europa, no quiere hacer lo mínimo necesario para que nuestro país se asemeje siquiera a esos a los que tanto admira. No tienen en cuenta que sus pares de esos lugares pagan porcentajes muy superiores en impuestos, y lo hacen sin chistar porque saben que de esa manera contribuyen de manera efectiva a que el país en el que viven mantenga el alto nivel que tiene.

Con las modificaciones introducidas por la SET, no habrá vericuetos en los que los ricos pudieran refugiarse para no tributar de acuerdo a sus verdaderos ingresos. Tendrán que hacer algo que nunca hicieron en un país que siempre tuvo un sistema tributario injusto, meter la mano en su bolsillo. Y ese, señores, es suficiente motivo para que la ciudadanía trabajadora del país de su rotundo apoyo a esta decisión gubernamental.

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