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PYONGYANG.- El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, dio en el comienzo de año una doble señal. Por un lado, advirtió a Estados Unidos que en su escritorio ya tiene un “botón nuclear” listo para usar si su país se ve bajo amenaza. Por el otro, se mostró conciliador hacia Corea del Sur, cuando afirmó que estaba “abierto al diálogo” con Seúl.
Tras un año dominado por palabras duras e inquietud por el programa nuclear de Pyongyang, Kim usó su alocución televisado para seguir alentando la producción de ese tipo de armas. “Este año debemos centrarnos en la producción masiva de ojivas nucleares y misiles balísticos y acelerar su despliegue”, dijo el joven dictador.
El discurso de Año Nuevo es un evento anual que se sigue de cerca para detectar indicios de la dirección y prioridades que Kim podría adoptar a lo largo del 2018. Esta vez, vestido con un estilo muy occidental, traje y corbata gris, el líder celebró que su país “logró la meta de completar su fuerza nuclear estatal” y, por eso, advirtió a Estados Unidos: “No se atrevan a iniciar una guerra ahora porque siempre hay un botón nuclear en mi escritorio”.
“Esto es una realidad, no una amenaza”, declaró el máximo líder del país asiático, quien repitió una y otra vez que su arsenal sólo será utilizado cuando exista una amenaza de invasión o un ataque, aunque advirtió que “toda el área de Estados Unidos continental está bajo el alcance de acción nuclear”.
