Inicio / Impreso / La Albirroja, desencanto y esperanzas

La Albirroja, desencanto y esperanzas

ASUNCIÓN.- (Por José María Troche).- Sentimientos encontrados dejaron en nuestro espíritu los dos últimos encuentros de la Selección Nacional. Sobre todo éste, que jugamos en Bolivia, más contra la altura que contra el equipo local, y cuyo resultado es ampliamente conocido. Y decimos que este encuentro dejó el recuerdo de un grupo de jóvenes liderados por un veterano peleón y atrevido, que nos hace mirar con esperanza el devenir inmediato del equipo nacional.

No da gusto perder como perdimos en Bolivia, dejando el alma en la cancha (cosa que no ocurrió contra Perú) y mostrando que el grupo estaba en condiciones de salvar este duro examen y que si no lo consiguió, fue más por infortunio que por defectos, como ocurrió en el encuentro ante los incaicos.

VELOCIDAD Y GANAS

¿Quién no conoce a Nelson Haedo? Un peleador nato, un gladiador del fútbol que demás puso en la cancha todo ese talento que lo catapultó desde Atlético Tembetary a la primera del Borussia Dortmund de Alemania. Nos tapó la boca por su coraje, su capacidad física y su conexión sobre todo con Iturbe.

Que levante la mano quien no protestó cuando lo convocaron. Y qué acertado estuvo Ramón Díaz al llevarlo a la Copa América y asegurar un jugadorazo para nuestra selección. Él sólo casi ganó el partido. Pero en la altura de La Paz, nadie puede hacer nada solo. Y a Iturbe le faltó el acompañante ideal que entró recién en los tramos finales del encuentro.

Otro que sacó chapa de crack es Marcos Riveros. Impasable en la mitad de la cancha, bien conectado con Celso Ortiz, haciendo el trabajo sucio y saliendo con elegancia a favor de su gran habilidad para manejar la pelota. Ortigoza se enchufó muy tarde en el partido y duró poco. Se cansó y lo sacaron. La entrada de Óscar Romero, como la de Cecilio Domínguez y del otro mellizo creo que fue tardía. Con más tiempo, pudieron haber salvado la parada.

En el fondo respondieron los 4, sobre todo Gómez, Patiño y Junior a pesar de que Gómez  se tragó el amague de Moreno, patinó en el área y tuvo la desgracia que tiritó sin consecuencias aparentes, le pegara en el talón y fue el gol de la victoria de los locales. Antony Silva estuvo impecable, pero no así Hernán Pérez, quien no se decidió nunca a hacer lo que él sabe (picar y encarar) porque cuando lo hizo mostró que podía. Pero no se animó.

CANTO DE ESPERANZA

A lo mejor no nos clasificamos. O a lo mejor, sí. En el fútbol todo es posible aun cuando hoy estamos a 5 puntos de la zona de clasificación. Pero de nosotros, es decir, la APF, el cuerpo técnico, los jugadores, dependerá que se mantenga este equipo que terminó jugando en La paz, a lo mejor con algún injerto joven más. Porque si salimos decepcionados después de estas dos fechas, vimos nacer una esperanza en la avasallante juventud que pide cancha para copar la albirroja. De nosotros depende apoyarlos. Y salir de este pozo lo más rápidamente posible.

Commentarios

comentarios

Mira también

Duplicación de rutas 2 y 7: pagan US$ 798.000 por indemnización

CAAGUAZÚ.- Para avanzar con el proyecto de duplicación de las rutas 2 y 7, en …