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KABUL. Tres semanas después de tomar el poder en Afganistán, los talibanes presentaron su nuevo gobierno ayer martes 7 de septiembre. Habían prometido un gobierno inclusivo, pero esto está lejos de ser el caso. La moderación anunciada resultó “una política de maquillaje” de cara a la comunidad internacional estiman analistas consultados por RFI.
Tras los primeros nombramientos de la víspera, muchos afganos denunciaron un gobierno de mulás, señalando también la falta de diversidad: no hay mujeres ni minorías religiosas o étnicas, explica la corresponsal de RFI Sonia Ghezali.
Así lo señala también Andrew Watkins, investigador de la ONG International Crisis Group (ICG): “Treinta de los 33 ministros son pastunes y llevan mucho tiempo afiliados al movimiento talibán. No todos los talibanes son pastunes, pero la mayoría de los líderes lo son. Esto no es lo que los talibanes prometieron durante muchos años, que es un gobierno inclusivo”.
El nuevo equipo estará dirigido por Mohammad Hassan Akhund. Abdul Ghani Baradar, el cofundador de los talibanes, será el número dos. Sirajuddin Haqqani es nombrado ministro del Interior. El hombre es bien conocido como jefe del brazo armado del movimiento talibán y es uno de los terroristas internacionales más buscados por Estados Unidos. El mulá Yaqoub, hijo del mulá Omar, obtiene la cartera de Defensa.
Para el investigador del ICG, los talibanes querían satisfacer sus propias filas a costa de la sociedad afgana. “Mucha gente se ha preguntado en las últimas semanas si a los talibanes les importa realmente la ayuda internacional, si están realmente interesados en demostrar que pueden formar un gobierno inclusivo al pueblo afgano, a sus rivales políticos, a los afganos que se resisten a su poder y autoridad. La respuesta es que no les importaba nada de eso”, dice. “Al menos no tanto como se preocupaban por distribuir los cargos, las responsabilidades de forma equitativa a todos los diferentes componentes de su propio movimiento.
La vicepresidenta de la Universidad Americana de Afganistán, Victoria Fontan, pone en duda la competencia de los nombrados. “Al final, lo único que tenemos son personas que no tienen experiencia de gobierno y que se encuentran al frente de un Estado que sólo podrán dominar por la fuerza, porque esa es su experiencia, el dogmatismo religioso y la fuerza”, analiza. “Esto no es una sorpresa, por desgracia”, subraya.
“SÓLO MARKETING POLÍTICO”
“Estas primeras semanas, el gobierno talibán ha mantenido una política de maquillaje, cosmética, para vender una cara que realmente no es la de los talibanes. Yo creo que los talibanes no han cambiado en ese sentido, sino que han mejorado desde el punto de vista de la comunicación, del marketing político, pero en el fondo siguen siendo los mismos de los de la década de los ’90”, analiza para RFI José Miguel Calvillo Cisneros, Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
“La primera noticia que tenemos del nuevo gobierno es que el núcleo duro talibán más extremistas son los que ocupan las carteras más importantes, los puestos ejecutivos de mayor relevancia, como pueden ser los ministerios de Defensa, del Interior o la Presidencia del Gobierno”, apunta, entrevistado por Andreina Flores.
