ADN Digital
A pesar de estar a miles de kilómetros de Ucrania, la invasión de Rusia nos golpeará comercialmente de una manera muy grave, puesto que las decisiones que se tomen para castigar a los invasores tendrán sus consecuencias en nuestro territorio y en el de todo el mundo, porque una guerra ya no es una cuestión de pocos, sino de todos.
Por eso, las reacciones también a nivel local fueron inmediatas, no solo de sectores económicos como la Asociación Rural del Paraguay, que se verá directamente afectada, sino también de la clase política, que sabe que hoy, cuando apenas empezamos a pensar en el fin de la pandemia, un conflicto armado solo puede traer más pobreza e inestabilidad, aunque, repetimos, se realice a miles de kilómetros.
Lo primero que ocurre para frenar a un país invasor es bloquear sus finanzas, y si tenemos en cuenta que Rusia es uno de los primeros consumidores de carne paraguaya, el golpe que se viene será particularmente duro para los ganaderos y para la el país en general. Además, apenas vamos a empezar a sufrir un nuevo aumento del precio del combustible cuando ya se está hablando de que podría haber otro si el precio del barril del crudo se dispara a causa de lo que ocurre en Ucrania.
Esto es solo lo que nos afectará a nosotros, como si la pandemia y la sequía no hubieran sido suficiente castigo para una población que ya llegó al límite de su resistencia.
Salvo algunos países satélites de Rusia y unos pocos aliados, el grito de repudio a Putin es casi unísono, así como los mensajes reclamando el fin de las hostilidades y el retorno a la mesa de negociación. Si esta presión internacional no hace recapacitar al invasor, vaya a saber qué puede ocurrir con todos nosotros.