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Frente Guasu y el Partido Democrático Popular pretenden presentar esta semana una acusación contra otros cuatro ministros de la Corte Suprema de Justicia, justamente los mismos sectores que no apoyarán la condena de Sindulfo Blanco en el Senado lo que nos da la pauta de que todo esto no es más que un circo montado por la izquierda para blanquearlos.
ASUNCIÓN.- Hay tres ministros de la Corte acusados desde hace más de un año por la Cámara de Diputados, Sindulfo Blanco, Óscar Bajac y César Garay, por varios delitos que han sido suficientemente justificados y demostrados en el libelo acusatorio.
A pesar de la contundencia de las acusaciones de Blanco, el primero en ser juzgado por el Senado, las bancadas de Frente Guasu, el PDP, algunos colorados y otros liberales han decidido no participar de las sesiones del juicio político, con lo cual evitarán que el ministro sea condenado y separado del cargo.
Pero resulta que mientras por un lado se oponen a que los ministros acusados pudieran ser condenados, por el otro preparan acusaciones para otros tres, Alicia Pucheta, Antonio Fretes, Gladys Bareiro y Raúl Torres por delitos muy parecidos a los que están acusados los tres primeros.
Desde que se empezó a hablar de que la renovación judicial necesariamente pasaba por el cambio de ministros de la Corte que eran cuestionados por haber incurrido en delitos y mal desempeño de sus funciones, hubo un sector del Senado que se resistió a lo que consideraba una jugada del Ejecutivo para copar el Poder Judicial.
En este sector, la izquierda representada por la Multibancada, especialmente por FG y el PDP, fue el baluarte de la oposición al juicio político. A ella se sumó la disidencia colorada, sin mayor argumento que el de oponerse a todo lo que proviniera de Horacio Cartes.
Lo que decían entonces estos sectores era que no podría haber renovación judicial con un cambio de nombres y que lo único que ocurría era que Cartes, en complicidad con el oficialismo liberal representando por Blas Llano, quería copar la Corte Suprema de Justicia con personas afines a sus proyectos.
Así que se oponen al juzgamiento de Blanco, de la misma manera como luego se opondrán al de Bajac y Garay. Y no tenemos por qué creer que procederán de igual manera con los otros cuatro que ellos mismos pretenden acusar ahora. Hay fuertes versiones de que la real intención de estos sectores encabezados por la izquierda es blanquear a todos los actuales ministros, no porque los consideren impolutos, sino al solo efecto de evitar que el Ejecutivo pudiera participar en la elección de los nuevos integrantes de la Corte.
A chantaje puro actuarían senadores del FG
Los senadores de Frente Guasu y el PDP estarían dispuestos a votar por la condena de Sindulfo Blanco, y luego de Óscar Bajac y César Garay, siempre y cuando la Cámara de Diputados acepte las acusaciones en contra de Alicia Pucheta, Antonio Fretes, Gladys Bareiro de Módica y Raúl Torres Kirmser.
La exigencia es de cumplimiento casi imposible, ya que recién esta semana se presentaría la acusación en contra de estos cuatro ministros, que deberá tener entrada en plenario y girado a comisión para su dictamen, el cual tendrá entrada en la sesión siguiente y recién allí se aprobaría la decisión de sesionar para hacer la acusación en su contra. Todo esto llevaría por lo menos tres semanas, y no se llegaría a tiempo al miércoles 27, día en el que el Senado sesionará para dictar sentencia en contra de Blanco.
Para colmo, nadie entiende por qué los 8 senadores de FG y PDP se oponen al juicio político a los tres ministros que ya fueron acusados por Diputados y pretenden chantajear a sus colegas para que se apruebe el de los otro cuatro, si los delitos por los cuales se los acusa son similares. Lo único que resulta claro es que no tienen ninguna intención de condenar y separar de sus cargos a los enjuiciados, sino entorpecer todo el proceso con presiones como esta.
