ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- A la caza de algún escándalo político, como es su costumbre, la llamada “prensa amiga” lleva un tiempo planteando la duda de la financiación de la campaña del presidente Mario Abdo Benítez, a pesar de haberlo apoyado abiertamente durante el tiempo proselitista.
Todo empezó con la operación #Berilo, que puso en el tapete la relación de un diputado abdista, Ulises Quintana, con el supuesto narco Reinaldo Cabaña y la contribución que éste habría hecho a la campaña de aquel. Se sumó una foto en la que aparece Abdo Benítez, en el quincho de su casa, tomado del brazo de Cabaña, lo que hizo que se desataran varias alertas en los medios “independientes” sobre la posibilidad de que la contribución del mismo no se haya limitado a la campaña del diputado sino que hubiera afectado también la de la fórmula de la Presidencia.
Se complicará bastante averiguar la verdad sobre esto, más que nada porque la tibia Ley de Financiamiento Político da mil y un recovecos para que los administradores de una campaña proselitista evadan los controles y oculten el origen real del dinero que reciben.
