ADN Digital
Nuevamente el gobierno está demostrando una vergonzosa flojedad para hacer algo que pudiera destrabar la crisis generada por el paro de los camioneros y la intransigencia, tanto de estos como de los sectores productivos, intentando cada uno llevar agua a su molino sin mostrar un mínimo interés en buscar una salida que beneficie a todos.
El titubeo con el que el presidente y sus asesores enfrentaron el problema que estalló la semana pasada pero que desde hacía tiempo se venía gestando, quedó demostrado cuando el martes, y a las apuradas, emitieron un decreto en el que se planteaba la solución que hubiera destrabado la crisis si se hubiera planteado a tiempo y no cuando las posturas ya estaban radicalizadas y la belicosidad de los sectores en su máxima potencia.
El comité técnico que crea el decreto de marras hubiera solucionado y evitado la crisis si se planteaba a tiempo pero ahora parece algo testimonial porque los camioneros ya no quieren ninguna opción alternativa a la ley de fletes que el Senado ya no tiene mucho interés en tratar.
Los piqueteros amenazan con no levantar la protesta y en el Congreso el proyecto parece haber ido al archivo, ya que los abdistas se mostraron conformes con el decreto y los de la izquierda se quedaron solos en su intención de beneficiar a los transportistas. Por su parte, los gremios productivos exigen castigo ejemplar a quienes tienen parado al país, haciendo difícil cualquier tipo de punto medio en la crisis.
Durante toda la movilización, el sector belicoso boicoteó cualquier tipo de actividad productiva cerrando rutas e impidiendo el avance de camiones que debían proveer productos a los centros comerciales. Hasta un vehículo que llevaba vacunas a Concepción tuvo que regresar a la capital ante la intransigencia de los piqueteros, que no le permitieron avanzar. Finalmente, los inmunológicos debieron ser enviados por avión.
Mientras todo esto ocurría, el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, aseguraba que no había cierres de ruta y que los manifestantes no impedían que la ciudadanía ejerciera su derecho a la libre circulación, mostrando estar tan lejos de la realidad que vivimos los ciudadanos, que parece absurdo que permanezca en el cargo de quien debe proteger nuestros derechos y nuestra seguridad.
Incapaces y flojos, las principales características de quienes integran el gobierno, y que los paraguayos debemos soportar, aunque nuestro hartazgo es cada vez más fuerte.