ADN Digital
“Nos robaron”, “nos robaron”, repitieron una y otra vez Efraín Alegre, Salyn Buzarquis y Luis Alberto Wagner, entre otros, en la reunión del directorio oficialista realizada en Caaguazú el jueves pasado. Y lo único que nos queda es preguntar qué cosa es la que les robaron, porque si se refieren a las elecciones, los cómputos de la Justicia Electoral y el juzgamiento de las actas de las que participan los apoderados liberales y los observadores internacionales contradicen con solvencia (y contundencia) esa acusación.
Nadie alteró los resultados de las elecciones del 22 de abril. Ganó Mario Abdo Benítez la Presidencia de la República y ganó Hugo Javier González la Gobernación de Central, el bastión del PLRA durante los últimos 25 años. A casi un mes de las elecciones y a 2 semanas de la proclamación de las nuevas autoridades electas, resulta un absurdo que el punto central de discusión del directorio de un partido que sigue presumiendo con que es el más importante de la oposición, sea el supuesto fraude con el que “les robaron el triunfo”.
No fue el directorio partidario el que se reunió sino el sector efrainista que maneja el PLRA a su antojo y que, a pesar de las serias denuncias de irregularidades en el uso del dinero, sigue tan campante y decidido a continuar haciendo exactamente lo mismo que lleva haciendo desde hace casi 2 años y que llevó al partido a la peor crisis de los últimos años.
Como si todavía continuara la campaña política, los asistentes fueron convocados exclusivamente para que den un apoyo público y un cheque en blanco a Alegre, de quien la disidencia liberal está pidiendo su renuncia. El libreto siguió tal como había sido concebido y el primer anillo lanzó alabanzas “al líder” y exabruptos en contra de la ANR, a la que consideran responsable del nuevo fracaso.
Lo único que no hicieron fue un análisis serio de los errores que ellos mismos cometieron en el proceso electoral. Esto tampoco nos extraña ya que si en algo son expertos los liberales es en hacerse los desentendidos sobre sus metidas de pata. Por eso es que se exponen permanentemente a repetir una y otra vez la misma historia, porque son absolutamente incapaces de hacer un mea culpa honesto y público.
Prometieron que harán una “oposición seria” al gobierno colorado, lo que significa en su léxico que van a oponerse a cualquier cosa que provenga del Ejecutivo, poniendo palos a la rueda y boicoteando cualquier iniciativa sin importar que pudiera beneficiar a la ciudadanía. O sea, seguirán haciendo lo mismo que hacen desde hace 29 años, sin percatarse que, posiblemente, uno de los motivos por los que la ciudadanía no les ve como opción válida es que su actitud apuesta siempre a la destrucción y no a la construcción.
Esta primera sesión del directorio liberal después de las elecciones fue altamente decepcionante porque nos hace ver que el PLRA seguirá jugando a perdedor durante los próximos 5 años, en lugar de construir una imagen que les pudiera dar alguna chance en las municipales del 2020 y en las generales del 2023.