Este campeonato del mundo organizado por Rusia, que poco a poco va llegando a su fin, dejó algunas cosas inéditas a lo largo de la historia y que, de cierta manera, confirma que el fútbol ha evolucionado tanto, que muchos grandes quedaron en el camino. De hecho, es la primera vez en la historia que ninguno de los 5 grandes, Brasil, Uruguay, Alemania, Argentina e Italia, logra clasificar para las semifinales del Mundial.
MOSCÚ – Italia, campeón del mundo en cuatro ocasiones (1934, 1938, 1982 y 2006), fue el primer equipo de los “supercampeón” que quedó descartado, ya que ni siquiera logró clasificarse al Mundial. La Azzurra perdió en la repesca ante Suecia y faltó a la cita por primera vez desde 1958. Hubo que esperar 60 años, pero nuevamente se quedaron sin cupo para la Copa del Mundo.
Después Alemania, vigente campeón mundial y ganador del trofeo también cuatro veces (1954, 1974, 1990 y 2014), quedó eliminado en la fase de grupos por primera vez en su historia. Terminó último en el Grupo. México y Corea del Sur fueron sus verdugos, pese a que logró derrotar a Suecia. El único antecedente similar fue en 1938 cuando perdió Suiza.
Luego, llegó la derrota de la Argentina en los octavos de final. Los campeones de 1978 y 1986 no pudieron con Francia 4-3 en octavos. Habían tenido una fase de grupos turbulenta, clasificándose en la última fecha con un triunfo ante Nigeria.
Los últimos dos gigantes que cayeron fueron Uruguay y Brasil. Los charrúas fueron los campeones de 1930 y 1950, quienes también sucumbieron ante Francia. El elenco uruguayo había llegado al partido habiendo ganado todos sus duelos en esta Copa, con siete goles a favor y solamente uno en contra, pero no tuvo una buena jornada y se fue derrotado por 2-0 ante el equipo francés.
Posteriormente, Bélgica dio la sorpresa ante Brasil. El pentacampeón del mundo (1958, 1962, 1970, 1994 y 2002) llegaba muy sólido al partido, pero se topó con la generación dorada belga y se encontró rápidamente con una desventaja que no pudo revertir. Fue la segunda derrota en el ciclo de Tité, la más dolorosa porque decretó la eliminación del Mundial.
Y la última: desde el Mundial de 2002, ningún organizador llegó a la final. Esta vez tampoco pudo lograrlo Rusia.