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Los piratas del Caribe

Al término de la reunión que mantuvo ayer con el presidente Horacio Cartes, el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite, reveló entretelones verdaderamente escandalosos de la deuda que Petropar acumuló en muy poco tiempo con la pretrolera venezolana PDVSA. Primero fue de la mano de Nicanor Duarte Frutos, quien, “sugestivamente”, a pocos días de entregar el bastón de mando hizo una compra de combustible por valor de 87 millones de dólares. Poco después procedió del mismo modo su sucesor, Fernando Lugo, pero en esa ocasión por el monto de US$ 181 millones. A estas inexplicables operaciones efectuadas por uno que se estaba yendo y el otro que recién llegaba, se suma otro hecho cuyos responsables merecen ir a la cárcel por muchos años: se pagaron intereses no solo del 2%, como establecía el contrato, sino en algunos casos hasta el 15%, lo que representa un manotazo bestial a las arcas del Estado. Y como remate, el exobispo y sus secuaces pergeñaron la macabra idea de renegociar el total de la deuda en los “paraísos” fiscales para recibir a cambio una jugosa “cometa”, pero felizmente fueron desalojados del poder antes de que esto suceda.

La Fiscalía de delitos económicos debe tomar cartas en el asunto de manera inmediata. Duarte Frutos debe explicar con muy buenas razones el porqué de la urgencia de la compra, siendo que él ya tenía las maletas listas para mudarse a  su domicilio particular y que Petropar, en una semana, no corría el menor riesgo de quedar desabastecida. Y Lugo porqué realizó una nueva compra en tiempo récord, casi por el doble de la anterior, si la estatal ya sería proveída por la firma venezolana.

Amén de lo señalado, el ministro Leite también lanzó otras interrogantes tales como, por ejemplo, las razones del sobreevaluado precio que se comprometió pagar por el producto, que además era de pésima calidad y un peligro cierto para la salud de las personas por su alto componente cancerígeno.

La cuestión no acaba allí. Durante el gobierno del exobispo, Petropar vendió el combustible que había adquirido, sin embargo, “misteriosamente”no pagó casi nada del capital de la deuda, pero si efectuó desembolsos en concepto de intereses, de hasta el 15%, lo que correctamente fue calificado por Leite como “una traición a la Patria”, pues, como señalamos, el contrato fijaba una tasa de solo 2%.

El “misterio” comienza a develarse cuando aparece en escena otra figura, los “offshore”. Según Sergio Escobar, expresidente de Petropar, durante la gestión de Lugo se llegó a firmar un preacuerdo con PDVSA que incluía operar con un banco de esas características situado en las Islas Caimán. He ahí el porqué de la despreocupación de ir pagando antes lo adeudado y si bien la maniobra no llegó a concretarse, fue solo por el hecho de que Lugo resultó destituido antes de cerrar el “negocio”.

Como puede observarse, el escándalo es de vastas proporciones y afecta nada menos que a dos expresidentes, para comenzar, quienes se comportaron, junto con sus amigos bolivarianos, como vulgares “piratas del Caribe”, en donde pretendían ocultar el fruto de tan bárbaro saqueo.

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