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ASUNCIÓN.– El ex obispo y actual senador nacional, Fernando Armindo Lugo Méndez, está convencido de que volverá a ser presidente de la República porque el pueblo lo quiere, para lo cual pareciera que no le preocupa que la Constitución se lo prohíba. Dice que nadie se animará a impugnar la candidatura de quien tiene el 60% del apoyo popular, con lo que reconoce que la prohibición de la reelección también le afecta.
La teoría de los luguistas es que su líder no está incluido en las generales de la ley en lo que se refiere a la prohibición constitucional para la reelección presidencial porque la norma afecta solamente a quien ocupe la Presidencia y no para quienes la ocuparon en el pasado.
Mucha gente se mostró sorprendida cuando Lugo votó en contra de la enmienda en el Senado, ya que se pensaba que estaría interesado en la inclusión de la reelección en el texto constitucional; sin embargo, en una entrevista radial dijo que “la enmienda no es el camino”; sin embargo, insistió en que él está habilitado.
Dijo que mucha gente piensa que su candidatura sigue firme; “estamos recorriendo el país, escuchando a la gente”.
Agregó que “nos asusta gratamente la respuesta que hay en la ciudadanía; creo que Fernando Lugo es un proyecto político, social, que la gente recuerda, agradece y añora su regreso”.
Dijo que será la Justicia Electoral la que decidirá si su candidatura es viable, aunque seguidamente agregó, “quién va a impugnar a alguien que tiene 60% de popularidad”, lo que hace pensar que pretende imponerse por el apoyo popular sin importar que la Constitución y las leyes no se lo permitan.
El primero en hablar de que a Lugo no le afectaba la norma constitucional fue su abogado, Marcos Fariña, y mucha gente pensó que era una especie de globo sonda para ver cómo recibían la idea la ciudadanía y los otros sectores políticos de la oposición.
Realmente, excepto Frente Guasu, nadie se sumó a la teoría, ni siquiera Nicanor Duarte Frutos, quien sería el otro expresidente con aspiraciones políticas que se beneficiaría con la interpretación.
Por lo visto, los luguistas están apostando todas las cartas a que sea la gente la que presione para que no se inhabilite a su candidato; y el mismo expresidente no tiene empacho en hacer una velada amenaza de lo que pudiera ocurrir si esto ocurre. “Ya la gente verá en su momento, si se presenta; veremos qué pasa en su momento, no quiero adelantarme. Hoy solo estamos escuchando a la gente y tratando de que nuestra democracia tenga calidad”, concluyó.
