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ASUNCIÓN. Por 39 votos, la Cámara de Diputados rechazó el proyecto de ley que buscaba eliminar la jubilación vip de los parlamentarios. La iniciativa propuesta con la legisladora Kattya González fue remitida al archivo.

“Estamos al nivel de jubilación de Pablo Escobar Gaviria”, dijo la diputada, al argumentar a favor de la abrogación de la ley Nº 6112/18 “Del Fondo De Jubilaciones y Pensiones para Miembros del Poder Legislativo de la Nación”.

Aseguró que el sistema de retiro actual, que estipula 10 años de aporte y 55 de edad para jubilarse con el 60% de promedio percibido en dietas, va en contra del principio de igualdad establecido en la Carta Magna, atendiendo que el régimen para los trabajadores del sector privado, habla de 25 años de aporte y 60 años de edad para acceder al retiro. Afirmó que se vive un privilegio que genera asimetrías y tildó de “aberración” al sistema de jubilación parlamentaria.

Por otro lado, el rechazo, según argumentó el diputado Néstor Ferrer (ANR), obedece a que en breve se presentará un proyecto que privatizará la caja parlamentaria, de manera que ya no signifique un perjuicio para las arcas del Estado.

Explicó que de aprobarse el texto presentado se estaría ocasionando un daño al erario ya que actualmente son 270 los ex congresistas que se encuentran acogidos al beneficio jubilatorio.

“Estos 270 jubilados que están percibiendo sus haberes del Fondo de Jubilaciones, de aprobarse la derogación de la ley, serían pasados al Estado, generando una carga de 27.300 millones de guaraníes anuales”, indicó.

Adelantó que se presentará una iniciativa que busca introducir modificaciones importantes al actual régimen, entre ellas, sustituir el 7% que el Tesoro Nacional transfiere al fondo parlamentario, con lo que la Caja se estaría volviendo privada.

Los diputados, senadores y parlasurianos, pueden acceder a tres tipos de jubilaciones: la “jubilación ordinaria” con 15 años de aporte (tres periodos en el Congreso) y 55 años de edad para cobrar el 80% del sueldo más gastos de representación; la “jubilación extraordinaria” con 10 años de aporte (dos periodos en el Congreso) y 55 años de edad para percibir el 60% de la dieta más gastos de representación; y la “jubilación por invalidez” en caso de una disminución total o parcial, física o mental, que lo inhabilite para el ejercicio efectivo de su función legislativa.