La SET anunció que desde el 2022 ya no se tendrán en cuenta las facturas del supermercado a la hora de rendir el IVA ante el fisco. Es cierto lo que dijo el viceministro Óscar Orué, quien trató de ignorante al diputado Sebastián García (PPQ), esto está en la ley desde 1991 pero hasta ahora no se controlaba y eso permitió que la gente pudiera deducir sus impuestos en base a las compras diarias de la canasta familiar.
Si, a pesar de que figura en la ley, se permite la deducción de impuestos, obviamente esto aligeraba la carga tributaria de los ciudadanos y es por eso que, ante el anuncio de la SET, la indignación se disparó rápidamente. En un momento en el que la inflación golpea duramente y los precios de los productos necesarios para la familia suben sideralmente sin ningún tipo de control, anunciar que esos gastos no serán tenidos en cuenta para disminuir el pago del IVA es otro golpe más a las ya de por sí demasiado escuálidas arcas familiares.
El patriaqueridista García criticó duramente la decisión en su cuenta de Twitter, en donde dijo que el hambre de recaudar que tiene este gobierno es voraz, lo que hizo que el viceministro lo tratara de ignorante.
Pero otro legislador de Patria Querida, el senador Stephan Rasmussen, dijo algo tan cierto que parece resistir cualquier argumento en contra, con esta decisión del gobierno, lo que se alienta es la informalidad, con el siguiente argumento: la gente va a los supermercados a pesar de que los precios son más caros, porque las facturas que de allí reciben les sirve para deducir sus impuestos. Si ahora esas facturas ya no sirven, el consumidor ya no tendrá necesidad de recurrir a comercios formales sino que acudirá a los informales, en donde los productos cuestan menos y no reciben facturas.
“En un país tremendamente informal, con esto se alienta aún mucho más la informalidad”, aseguró Rasmussen y no hay argumentos para discutir este análisis.