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¡No! a la violencia

En todo el país se produjo un suspiro de alivio cuando el presidente Cartes vetó el malhadado tema de la condonación de las deudas campesinas, nueva edición.  Como nunca, una decisión del nivel oficial cayó tan bien a la población en general. Si hasta las redes sociales, generalmente nidos de inconformistas, estallaron de aplausos ante la decisión del Jefe de Estado, de plantarse ante el tema. Expresiones de satisfacción provinieron de todos los niveles, los empresarios, en general, todos a la una,  los economistas, los gremios de trabajadores, incluso, todo el mundo le dio “ok” al tema, nadie se quedó indiferente. Es que esta vez la preocupación alcanzó a todos los niveles.

Al tiempo de festejar la valentía de HC, surgió la preocupación: ¿Qué harán los campesinos ahora?

Es que se mostraron tan violentos en todas sus manifestaciones que era lógico que inmediatamente surgiera esa nubecilla negra. Demostraron una ira social inusual, agredían de todas las formas posibles a los transeúntes en el centro de la ciudad, en sus “piquetes” se burlaban abiertamente de la ciudadanía, incluso bailando polkas en las esquinas cerradas por ellos, entretanto alrededor todo el mundo pugnaba por llegar al trabajo o hacer sus obligaciones.

En la última jornada cuando sesionaba la Cámara de Diputados incluso subieron la apuesta. Estuvieron a punto de reprisar el violento atardecer en el que Efraín Alegre y sus paniaguados, terminaron quemando una parte del Congreso. Las imágenes eran las mismas, la violencia latente también, que era casi seguro que si los legisladores producían una sentencia adversa a sus intereses, terminarían la faena del “único líder” del PLRA y cierta gente de los “Stronistas Añeteté”.

En todo este ambiente propicio para que corra sangre, hay que rescatar el comportamiento adecuado y valiente, con gran sangre fría, por parte de los efectivos antidisturbios de la Policía Nacional. Con sangre fría decimos, porque soportaron todas las provocaciones posibles, escupitajos, piedras, empujones…y no reaccionaron. Cumplieron al pie de la letra la orden de la superioridad.

En la jornada de hoy se está de nuevo en la encrucijada. Los desalmados líderes de los labriegos armaron seguro una estrategia para presionar salvajemente al Congreso para que se ratifique en su engendro de ley.  Para ello, como ya lo hicieron antes, recurrirán a la violencia en todas sus formas.

Sólo que esta vez y respondiendo a urgimientos de la ciudadanía que se sintió desprotegida, la institución policial anunció una mano más dura para hacer  respetar los derechos de terceros. Irán sin armas, de acuerdo a un comunicado, para demostrar su actitud no beligerante. Si se producen encontronazos con derramamientos de sangre, la Policía Nacional no será la responsable. Extremaron los recaudos para que ello no pase, lamentablemente los bravucones Aguayo, Elvio Benítez y  Cía, quienes nunca están en la primera fila de los disturbios, pensarán lo contrario.

Luego, muy compungidos, denunciarán a la Policía enseñando las heridas producidas por los balines de goma y ciertos medios, cuándo no, hablarán de “brutal represión” y transmitirán en directo y enviarán al mundo profusión de fotos.

Por supuesto, el Gobierno no quiere esto. Menos aún la violencia entre compatriotas. Si ocurre, será porque las fuerzas del orden se vieron obligadas a hacerlo.

Sin duda este tema de la violencia es uno de los huevos de la serpiente planteada por los mentores políticos de Aguayo y compañía.

Ojalá no ocurra. Que recapaciten y se sienten a dialogar. Posiblemente no consigan la condonación, pero habrá progresos sin duda, el Gobierno está disponible para ello. Los aguarda en la mesa de negociación. Los legisladores de los “Stronistas Añeteté”, Efrainistas y Luguistas, son también los grandes responsables de lo que pueda ocurrir…

Dios no lo quiera, pero…

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