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No hay tiempo para la reforma

Ya no hay tiempo de impulsar el procedimiento de la reforma para que la Constitución Nacional permita la reelección presidencial, por lo menos si la intención es que esto pueda entrar en vigencia en las próximas elecciones generales. El camino más rápido, sencillo y barato es el de la enmienda; además, es el mecanismo que permite que la ciudadanía dé su opinión.

ASUNCIÓN.- Esta es la primera vez que se toma en serio la posibilidad de la reelección, y aunque hay algunas voces en contra, lo cierto es que parece que en la conciencia ciudadana se cree que llegó el momento de permitir que un presidente de la República tenga la posibilidad de un segundo mandato.

La discusión ahora está en la vía a ser utilizada para  modificar la Constitución, que, tal cual está escrita, prohíbe la reelección presidencial aunque la permite para todas las otras autoridades que tienen cargos electivos. Unos apuestan por la reforma, que es un procedimiento lento y oneroso, ya que las cámaras del Congreso, por mayoría absoluta de dos tercios (53 diputados y 30 senadores), deben reconocer la necesidad de reformar la Constitución, con lo cual la Justicia Electoral deberá convocar a elección de convencionales en el plazo de 6 meses.

Una vez electos estos, se reunirán en Convención Nacional Constituyente el tiempo que haga falta para reformar de manera parcial o total la Constitución Nacional. Todo esto llevará bastante tiempo y costará mucho dinero a las arcas del Estado. Por si todo esto no fuera suficiente, la única participación que tendrá la ciudadanía es en la elección de los convencionales, quienes serán los que redactarán, aprobarán y sancionarán el nuevo texto.

La enmienda tiene un procedimiento mucho más sencillo e implicará mucho menos gasto para el Estado. Se necesita que cada una de las cámaras apruebe el texto a ser enmendado en la Constitución, por mayoría absoluta de votos (41 diputados y 23 senadores). Luego de conseguirlo, la Justicia Electoral convocará, para después de 6 meses, a un referéndum en donde la ciudadanía será la que decida si acepta o no la modificación. Recién después de que diga que sí, la misma será introducida en la Constitución.

Es cierto que con la reforma se puede modificar toda la Constitución y no solo un artículo, como ocurre con la enmienda. Pero para esto se necesita un gran debate nacional, en donde todos los sectores políticos y sociales pongan sobre la mesa sus expectativas y necesidades. Todo esto requiere de mucho tiempo. Debe ser bueno empezar una vez que termine el proceso electivo del 2018.

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