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ASUNCIÓN.- La intención de los senadores de la Multibancada de eliminar la Fuerza de Tarea Conjunta no se pudo concretar porque en el Senado no contaron con la mayoría necesaria para derogar la ley de su creación. La misma bancada del PDP, que fue la que pidió la eliminación fue la que tuvo que pedir que el proyecto sea postergado sin plazo.
Se le están complicando las cosas a la izquierda en el Senado. Después de gozar durante casi 2 años de una mayoría totalmente traída de los pelos por coincidencias con la disidencia colorada, lo que le permitió todo tipo de abusos y convirtió a Desirée Masi en una especie de jefa suprema de este sector.
Pero las cosas parecen estar cambiando, por lo menos en determinados temas y ahora el equipo de Desirée se topeta con la cruda realidad de que, nuevamente, es minoría en la cámara. Lo que ocurrió con el caso de la FTC les debería servir de lección puesto que quedó demostrado que, sin los disidentes colorados, no son más que un puñado de fanáticos, sin ton ni son.
El 11 de agosto pasado, Pedro Santacruz, del PDP (el partido de Desirée y su marido), presentó un proyecto de ley que pretendía derogar la ley de creación de la FTC; argumentaba que había falta de resultados en el combate contra el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y que el Congreso había destinado demasiado dinero para el efecto.
No solamente el ataque del EPP en Concepción, que dejó un saldo de 8 militares muertos, fue el responsable de que una mayoría de la población se opusiera a la idea de eliminar la fuerza. Ya antes del fatídico sábado de la semana pasada, varios grupos se habían manifestado en contra, entre ellos los ganaderos, industriales y empresarios de todo el país, que consideraban que la situación empeoraría si se dejaba a la población del norte al arbitrio de los delincuentes.
Esto mismos dijeron incluso familiares de los 3 secuestrados que mantiene el EPP en su poder. Para colmo, desde hace días varios representantes de la disidencia colorada empezaron a hablar de que era hora de deponer las críticas y trabajar unidos para liberar al país de este flagelo, para lo cual, decían, debía continuar el trabajo de la FTC.
Todo esto hizo que la izquierda se quedara sola, nuevamente, y no le quedara más que dar marcha atrás antes de quedar en evidencia con el abandono de sus socios ocasionales. La misma Masi fue la que propuso postergar sin plazo el proyecto y así va a quedar; postergado eternamente.
