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Este viernes quedaron clausuradas las celebraciones religiosas en honor a San Blas, patrono de Ciudad del Este, que cumplió 60 años, con una misa en la Catedral que lleva el nombre del santo y que fue celebrada por el obispo de esta Diócesis, monseñor Guillermo Steckling. En la ocasión, el prelado centró su homilía en los jóvenes, en referencia al “Trienio de la Juventud” y en tal sentido hizo un llamado para que se abran espacios a los jóvenes en todas las parroquias, movimientos y capillas. Instó a los mismos a imitar la vida de San Blas.
CIUDAD DEL ESTE.- Con una procesión, que se llevó a cabo por las principales arterias de la capital departamental y posteriormente, con una misa central que fue presidida por el obispo local, quedaron cerradas oficialmente las celebraciones en homenaje al Santo Patrono de la ciudad y considerado por la feligresía católica como médico de enfermedades de la garganta.
En esta eucaristía final, que se inició minutos después de las 19:30, se reflexionó como broche de oro sobre “María – María: mujer, discípula y madre que camina con los jóvenes. ¿Qué nos quedará de esta fiesta, incluyendo su novenario”, preguntó el prelado.
La homilía del pastor católico se centró en los jovenes, afirmando que se debe tomar como una misión divina, en este “Trienio de la Juventud”, destinar espacios importantes para los mismos. “También queremos hacer un trabajo completo en el sentido que el trienio no solamente debe interesar a la pastoral juvenil, sino se deben abrir espacios para los jóvenes en todas las parroquias, movimientos y capillas. Ojalá que el trienio nos quede bien claro en nuestra mente como desafío y tarea misionera para todos. Tomémoslo como una misión divina encomendada a nosotros por el mismo Jesús, según el evangelio de hoy”, ponderó.
“Abrazarse a Cristo” es el lema de todo el trienio y “ustedes son mis amigos” el tema del primer año. Eso quiere decir que la Iglesia quiere que los jóvenes estén con Cristo Jesús, el único que puede salvar de forma definitiva, agregó Steckling. En otro momento, el obispo calificó de “campeón” a San Blas, debido a su enorme fe y a su dedicación plena a los más necesitados. “San Blas es un campeón de la fe. San Blas se hizo mártir derramando su sangre por Cristo Jesús. Pero antes de ser mártir era un hombre de fe comprometida, insertado también en una iglesia muy ferviente en su fe”, aseveró.
San Blas, María e incontables santos caminan con nosotros cuando cumplimos la misión que nos fue encomendada a este inicio del trienio de la juventud. Ojalá que se cumpla en nosotros el mensaje bíblico de nuestra solemne eucaristía: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.
El obispo insistió en el espacio que deben tener los jóvenes en la Iglesia Católica y en tal carácter los invita a imitar la fe demostrada por San Blas. “Queremos hacer un trabajo completo – no sólo atraer a algunos jóvenes por algún motivo superficial, sino llevarlos a la fuente de agua viva. Lo dice nuestro salmo con estas palabras: ¡Alaben al Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos! Porque es inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre. Qué lindo que la fiesta de San Blas coincida este año con el primer viernes, día del Sagrado Corazón de Jesús. Por eso nos hace muy bien mirar una vez más a San Blas, y a la Virgen María”, subrayó el prelado.
