ADN Digital
No es casual que el precandidato de la disidencia colorada a la Presidencia de la República pretenda volver a reducir, del 10 al 5%, el IVA a las cooperativas, aunque eso vuelva a crear un privilegio odioso e injusto para el resto de la población, que sí tiene que tributar el 10% de sus ingresos, ya que sus orígenes provienen del stronismo, en donde los amigos y cómplices eran receptores de todos los beneficios que podían obtener por su contacto con el poder.
En pleno acto proselitista, Abdo Benítez prometió la eliminación del IVA para las cooperativas, supuestamente porque son “el banco de la gente más humilde”, algo totalmente falso porque hace mucho tiempo éstas se convirtieron en entidades financieras, olvidando la función social para la que fueron creadas.
Lograr que las cooperativas tributen fue un trabajo de mucho tiempo, por la presión de los sectores cooperativistas de todo el país, que se levantaron en pie de guerra ante la posibilidad de que se les metiera la mano en sus bolsillos. Después de muchas negociaciones y de mantener una postura firme ante el intenso y alevoso chantaje, el aumento del IVA pudo ser concretado vía una ley de la República, lo que constituyó un paso importante al proceso de igualar las condiciones con las que trabaja el sector financiero.
A la larga, y a pesar suyo, los cooperativistas tuvieron que aceptar la situación y en este momento, el IVA es algo común y rutinario que estas entidades deban emitir facturas por el uso de las tarjetas de crédito, refinanciaciones, comisiones por adelantos en efectivo y exceso en el límite de créditos. Esto tiene como objetivo fundamental implementar un riguroso control de las finanzas del sector.
Y ahora, yendo de contramano con la historia, el precandidato de Colorado Añetete pretende dar marcha atrás y mandar al diablo todo el proceso que logró este importante avance. Eliminar el IVA para las cooperativas será un golpe bajo al sistema financiero del país, puesto que de nuevo se generará una situación crispante entre bancos y financieras, por un lado, y estas entidades, por el otro.
Lo más injusto es que las cooperativas tienen dividendos tanto o más altos que el resto de las entidades financieras, por lo que el aporte del 10% al tesoro público no hace más que dar un primer paso en el trato igualitario que merecen quienes trabajan dentro del sistema.
Lo primero que se nos ocurre es preguntar a Marito por qué pretende reducir el IVA a las cooperativas, a pesar de que el resto de los mortales debe, religiosamente, tributar el 10% de lo que percibe. ¿Qué es lo que las hace especiales y dignas de tan alevoso privilegio? Su argumento del rol social no soporta ningún análisis serio; para desmentirlo basta con mirar los balances de esas entidades y comprobar sus ganancias.
Claro que no podemos perder de vista que Abdo Benítez está en plena campaña proselitista y quiere ganar la candidatura colorada a la Presidencia de la República. Así que bien puede ser una simple estrategia de campaña, un engañabobos para que el electorado que pertenece al sector cooperativista le prometa su voto. O, puede que esté buscando que los integrantes de este sector le financien la campaña, lo cual no sería tan difícil de creer puesto que, si algo tienen los cooperativistas (esos que cumplen una importante función social), es mucha plata.
Menos mal que Abdo Benítez tiene muy escasas posibilidades de ganar las internas coloradas de diciembre.