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ASUNCIÓN.- En nombre del PLRA, el efrainismo decidió declararse en sesión permanente ante la inminencia de la presentación del proyecto de enmienda constitucional. Los oficialistas liberales no dicen qué planes tienen para impedir que esto ocurra, aunque, al parecer, planean protagonizar incidentes ante la Cámara de Senadores.
Nuevamente Luis Alberto Wagner oficia de vocero del oficialismo liberal, el único que se opone a la reelección vía enmienda. No solamente sigue amenazando con el fuego del infierno para sus correligionarios que apoyen el proyecto, sino que ahora anunció que el PLRA se declara en sesión permanente, lo cual, en realidad, afecta solamente al sector efrainista, puesto que el partido dista mucho de estar unido en este y en otros varios temas.
No queda muy claro lo que implique estar en “sesión permanente”, salvo que los efrainistas del directorio estén atentos por si se presenta el proyecto, a no ser que los rumores sean ciertos y el sector esté organizando grupos patoteros que tengan la misión de generar disturbios frente al Senado, en un intento de impedir que el procedimiento se lleve a cabo.
A pesar de toda la usina de rumores de disidentes y opositores, la presentación de la enmienda no implicará otra cosa que un trámite común y corriente, utilizado para la presentación de cualquier proyecto ante una de las cámaras del Congreso. Los proyectistas se acercarán a la Secretaría del Senado, la que deberá dar entrada al proyecto, que deberá tener entrada en una sesión posterior, y girado a comisión para su estudio y dictamen correspondiente. Para eso no hay necesidad de que militares y tanques salgan a la calle y si existe algún conflicto entre ciudadanos, será porque el grupete así lo organiza.
Posiblemente lo que pretendan los efrainistas con esta decisión sea amedrentar a quienes apoyan la enmienda, amenazando tácitamente con generar un conflicto interno, sin tener en cuenta que con ello la única que resultaría perjudicada sería la ciudadanía.
En una entrevista radial, Wagner no desaprovechó la ocasión para volver a amenazar a sus correligionarios que apoyen la enmienda con la expulsión del partido, aunque esto es algo que corresponde al Tribunal de Conducta –que ni siquiera está integrado- y depende de la decisión que tome la Corte Suprema de Justicia sobre la acción de inconstitucionalidad presentada por los llanistas en contra del mandato partidario.
