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Los senadores decidieron aplicar el reglamento para quienes llegan tarde o no asisten a las sesiones, pero dejarán impune a quien lo viola, como en el caso de Paraguayo Cubas, en reiteradas ocasiones. El peor mensaje a la sociedad: Armar quilombo y violentar las normas, como única forma de que éstas se respeten. Un nuevo síntoma de la postración del Senado y de la degradación institucional que está en curso.
ASUNCIÓN.- Nadie puede exigir el respeto de la ley violándola; es una premisa sencilla y contundentemente cierta, así que no vale la pena ni someterla a un análisis profundo. Es por eso que parece inaudito lo que está haciendo en este momento el Senado, que así demuestra la grave postración en la que se encuentra, sin dignidad ni respeto, sometido a cualquier vendaval que pretenda imponer su criterio utilizando la fuerza de manera descarada y a la vista de todo el mundo.
Luego del escándalo que protagonizó Cubas el jueves de la semana pasada, el presidente Silvio Ovelar anunció que la mesa directiva se reuniría el lunes pasado para analizar qué medidas tomar en contra de este espiral de violencia que se inició con la presencia del abogado esteño en el pleno, y que parece ir aumentando semana a semana.
Y se reunió la mesa directiva, pero no para decidir sanciones contra Cubas, o por lo menos si alguien las propuso, no tuvo mayoría para ello. Por el contrario, lo que se resolvió es castigar financieramente a los senadores que llegan tarde o no asisten a las sesiones, sin causa justificada.
Ojo, esto es realmente muy bueno que ocurra; de hecho, hay legisladores, medios de comunicación y ciudadanía que hace años exige el castigo de los raboneros, sinvergüenzas que cobran dietas millonarias y no hacen siquiera lo mínimo que se les exige, asistir a las sesiones 4 veces al mes.
Sin embargo, hay varios cuestionamientos a la decisión de la mesa directiva; ¿por qué no se decidió una sanción a Payo? ¿Eso significa que tendrá carta blanca para poder armando escándalos y agrediendo a todo el mundo?
Además, ¿qué mensaje se está dando a la ciudadanía, de que solo si se arma quilombo se toman en serio las denuncias? Es algo así como avalar la justicia por mano propia; cualquiera podrá decidir la medida que se le antoje si el objetivo que persigue es bueno. O sea que el fin sí justifica los medios? Nos parece muy contraproducente y que podría tener consecuencias que lamentar.
