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ASUNCIÓN. “Cada párroco establece cómo inscribirse para participar (de las misas), de acuerdo a la realidad de su comunidad. Puede hacerlo a través de sus colaboradores, movimientos, la secretaría u orden de llegada”, dijo esta mañana monseñor Amancio Benítez, de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), al referirse a cómo se llevarán a cabo las celebraciones religiosas durante la Fase 3 de la Cuarentena Inteligente que comienza el lunes venidero.

En declaraciones a la 650 AM, Benítez reconoció que la asistencia de los fieles a los templos para las liturgias tendrá que regirse por nuevas formas, fundamentalmente distintas a las que se tuvieron durante siglos enteros.

“El orden de llegada es más difícil porque se tiene que agendar, seguramente, por teléfono. Nosotros, por ejemplo, a cada movimiento le vamos a dar 20 cupos y que ellos después puedan distribuir entre sus miembros”, añadió el prelado.

Indicó, asimismo, que habrá un encargado o encargada a la puerta de los templos para indicar a las personas la ubicación a ocupar dentro del recinto. Estos lugares estarán señalizados y se observará el distanciamiento entre las personas que es parte del modo Covid-19 de vivir.

“En otros países visto que se quitan los bancos y se ponen sillas, porque en los bancos uno quiere sentarse uno al lado del otro, sin embargo, con las sillas es más fácil el distanciamiento. Actualmente la gente ya está concienciada y educada, por lo que no va a ser muy difícil”, opinó, sin embargo.

Comentó también que, además del celebrante, habrá sí o sí dos o tres personas más. Aquella que lee los versículos de la Biblia, la que se dirige a la comunidad y la que entona los cánticos religiosos. A esto, en esta fase se permitirán más participantes hasta 20 fieles.

Recordó, asimismo, que las bodas ya se venían celebrando en la Fase 2 con hasta 5 personas presentes y ahora se permitirán más invitados,” con tal de no sobrepasar la cantidad indicada por Salud”.

OFRENDAS

El religioso reveló también que la crisis económico-financiera derivada de la cuarentena anti-coronavirus conspiró contras las arcas de las parroquias.

“Nosotros vivimos de las ofrendas. Pero los pa’i sabemos vivir en la pobreza, aunque, sí, la pandemia nos golpea. Hay diócesis que tienen personal y tienen que ver cómo pagarles”, finalizó.